Cómo evitar morir o quedar discapacitado por un ACV (Parte I)

Nuevas estadísticas difundidas por los organismos internacionales por la creciente cantidad de personas afectadas por Accidentes Cerebro Vasculares (ACV) preocupan enormemente a quienes todavía no los han tenido. Habrían 170 casos cada 100.000 habitantes en el mundo, lo que es una enormidad. Además, 1 a 4 personas mueren dentro del año posterior al primer ataque y que entre un 15% y 30% de los supervivientes, quedan con alguna discapacidad permanente de por vida. Entonces, ¿se puede prevenir un ACV? Prácticamente no, pero como los factores de riesgo de sufrir este shock son similares a los de las enfermedades cardíacas, algunos efectos de un ACV se podrían aminorar, si el paciente es atendido clínicamente dentro de las 6 horas posteriores al ataque, por lo que el daño podría revertirse.

Evidentemente, la carrera contra el tiempo, los medios medicinales tecnológicos y la información adecuada de cómo actuar, son la pirámide fundamental para salvar la vida de quien atraviesa esta situación. El Observador dialogó acerca de este tema, con el Dr. Gustavo Cuadros, neurocirujano que atiende los casos que se registran en Crespo, Seguí, Viale y zona de influencia, ante la ausencia de profesionales con esta especialidad en el radio inmediato. El profesional dijo: “El accidente cerebrovascular implica el desarrollo de una situación de urgencia, puesto que como todo accidente es instantáneo e inesperado. No obstante ello, aparecen algunos síntomas como dolor de cabeza o cefalea súbita, dificultad en la fluencia de lenguaje, porque la lengua se pone torpe y las palabras son mal pronunciadas. Hormigueo o debilidad en los músculos de la cara, el brazo o la pierna. Ocasionalmente puede haber mareos, vómitos y según que arteria del cerebro sea la que se ha lesionado, se verá afectada la parte motriz del organismo, que es la que más llama la atención. Es conocida como hemiplejia, provocando un déficit motor en la mitad del cuerpo. Es importante saber que las órdenes y la movilidad funcionan de manera cruzada, es decir, el hemisferio derecho dirige la movilidad de la mano y pie izquierdo y a la inversa. De modo que si se produce un ACV en el territorio de una arteria del hemisferio izquierdo, entonces vamos a tener un deterioro en el lenguaje de una persona que es diestra y sus miembros derechos serán los que sufran dificultad para el movimiento. Estos síntomas son una forma fácil de sospechar que nuestros abuelos o papás, están en curso de inicio de un evento isquémico”.

Los 2 tipos más frecuentes de accidentes cerebrovasculares son: el isquémico y el hemorrágico, sobre los cuales el neurocirujano explicó: “El primero de ellos, es originado por un infarto, que obstruye una arteria coronaria, produciendo un déficit cerebral. El accidente cerebrovascular hemorrágico es la ruptura de los vasos sanguíneos del cerebro, generándose un ‘derrame’ de sangre en el tejido del mismo. Estadísticamente el 80% de los accidentes son isquémicos, dado que frecuentemente las personas mayores de 65 años presentan sus arterias tapadas. Dentro de este grupo de personas, entre el 15% y 20% tiene antecedentes de hipertensión y en su mayoría son hombres”.

Entre los factores o enfermedades que predisponen la aparición de un ACV, el profesional destacó la diabetes mellitus, el colesterol alto, la obesidad, el sedentarismo, el alcoholismo, la drogadicción y con respecto a este último desencadenante resaltó la nocividad de las bebidas energizantes. “Actualmente en los pubs, discos y distintos sitios de actividad nocturna, se está consumiendo una gran cantidad de bebida energizante, sin advertir las consecuencias que estas generan. Mientras la persona está divirtiéndose y bebiendo descontroladamente, llega un momento en que el grado de alcoholización en su cuerpo hace que comience a perderse, marearse y lo invade un adormecimiento. Es allí cuando muchos optan por la ingesta de energizantes, cuyo efecto inmediato es la falsa sensación de que lo despierta, lo ‘despavila’, entonces continúan con la intoxicación alcohólica. Ha habido un caso, donde se constató que un adolescente luego de seguir tomando se desmayó y sus amigos creyeron que estaba dormido por la ebriedad. Sin embargo, la intoxicación alcohólica fue tan grande y disimulada artificialmente por el energizante, que en realidad había entrado en coma, estado del que no salió más. Pese a las reanimaciones, ya no se pudo lograr despertarlo, porque había fallecido a causa de un ACV. No se debe asociar el consumo de estos estimulantes como una actitud saludable, porque despiertan a la persona en un momento de modorra alcohólica, para que continúe tomando y cuando acuerdan entran en un coma elevado por intoxicación, habitualmente seguido de muerte. Nuestra población debe ser consciente de que el alcohol, los energizantes, la cocaína o el paco, generan convulsiones, circunstancias en las que se pueden desencadenar los accidentes cerebrovasculares”, comentó Cuadros.

La atención médica inmediata cuando alguien padece este tipo de shock es determinante para salvar la vida del paciente e incluso contrarestar las secuelas. En un primer momento se monitorean los signos vitales y rápidamente se ordena una tomografía, para obtener un diagnóstico preciso del tipo de ACV, la zona afectada y el daño ocasionado. En esta región, existen tomógrafos disponibles en Crespo, Libertador San Martín, Nogoyá, Villaguay y Paraná, lo que hace que los pacientes puedan ser prontamente chequeados. A modo de recomendación, para quienes experimentan la descompensación de alguien cercano, el neurocirujano señaló: “Es importante tomarle la presión, puesto que si es elevada es aconsejable que se le suministre un enalapril o losartán, para volver a controlarla. Hay que acostar el paciente, tranquilizarlo, sacarle los alimentos que pueda tener en la boca, para evitar trastornos en la deglución y también asegurarse que esté en un ambiente aireado, para no causarle mayores complicaciones. Inmediatamente debe ser trasladado a un centro de salud, donde se le colocará una vía endovenosa, oxígeno y se registrará su pulso, presión arterial, temperatura y la frecuencia respiratoria. De ser posible, siempre el familiar o quien acompaña el accidentado debe llevar los medicamentos que esta persona pueda estar tomando. Luego con la tomografía, el diagnóstico ya será certero y habiéndose determinado si el ACV es isquémico o hemorrágico, se tratará su evolución”.

 

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