Cómo equilibrar el azúcar en sangre para no morir por diabetes

La población en general pocas veces es consciente de que la diabetes es una enfermedad crónica, de larga duración y progresión lenta, con terribles consecuencias para quienes no la controlan o no siguen un tratamiento adecuado. Tan así, que es una de las 4 afecciones que registra mayor tasa de mortalidad en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el mundo hay 346 millones de personas con diabetes, guarismo que muy probablemente, de no mediar intervención alguna, para el 2030 se habrá más que duplicado. Casi el 80% de las muertes por diabetes se producen en países de ingresos bajos o medios, lo cual posiciona a Argentina en el grupo de riesgo. No obstante, las estadísticas de dicho organismo señalan que los fallecimientos devenidos de la enfermedad, se suceden principalmente en personas de menos de 70 años y en un 55% de los casos son mujeres.

El próximo miércoles 14 de noviembre, se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, para generar en cada país una mayor conciencia colectiva del problema que supone la enfermedad, como así también del vertiginoso aumento de diagnósticos de este tipo y de la forma de evitar que se incremente el número de pacientes afectados. La Dra. Silvana Vásquez, del Servicio de Endocrinología del Sanatorio Adventista del Plata, dio detalles a El Observador de las características de la diabetes, sobre la cual explicó: “Es una enfermedad que tiene su origen en el exceso de azúcar en sangre y ocurre cuando el páncreas, órgano situado detrás del estómago, no produce suficiente insulina o cuando el organismo se torna resistente a sus efectos. La insulina es una hormona sumamente necesaria para que el azúcar de la sangre pueda entrar a las células y esta sustancia sea utilizada como energía. Cuando el cuerpo no tiene suficiente insulina, el azúcar se acumula en la sangre en cantidades elevadas y pone a la persona en riesgo de que sufra algunos problemas serios de salud, como afecciones cardiovasculares, insuficiencia renal, complicaciones a nivel del sistema nervioso, impotencia masculina, problemas en la visión y dificultad para la cicatrización de heridas”.

Para comprender la complejidad de la diabetes, es fundamental tener en cuenta que existen distintas variantes a la hora de diagnosticarse, lo cual está íntimamente ligado al tipo de tratamiento a seguir. La especialista explicó que “la diabetes tipo 1, popularmente llamada diabetes insulinodependiente o juvenil, puede ocurrir a cualquier edad. Pero es más frecuente en niños y adolescentes, desconociéndose claramente cuáles son las causas. En la mayoría de los casos, ataca al sistema inmunológico y destruye parte del páncreas, afectando la producción de insulina. Dentro de esta clasificación también hay que mencionar a la diabetes gestacional, que se detecta por primera vez durante el embarazo. Por otra parte, la diabetes más habitual es la de tipo 2, conocida comúnmente como la diabetes no insulinodependiente o del adulto, que generalmente se desarrolla después de los 40 años, aunque en el último tiempo han aumentado los casos en niños, especialmente si sufren de obesidad. Se trata de pacientes en los que el páncreas produce insulina, pero lo hace de manera insuficiente o bien, el organismo no la puede utilizar eficazmente. No siempre es necesario tratarla con insulina como sucede con el otro caso”.
Actualmente en el mundo de la medicina se habla de diagnósticos de “prediabetes”, determinados cuando el paciente presenta elevados niveles de azúcar en sangre, por encima de las medias normales y los parámetros aceptables. Es importante conocer a tiempo que existe un riesgo de desarrollar la enfermedad, para estar atentos a la posible aparición de síntomas, en cuyo caso se debe concurrir al endocrinólogo. Respecto de dichos indicadores, la médica señaló: “Usualmente la persona comienza notando un aumento de la sed y en consecuencia, un incremento en la cantidad de orina que elimina. Acompañado a ello, puede haber pérdida de pesovisión borrosa y frecuentemente el paciente manifiesta sentirse más cansado que lo habitual. No obstante, hay que tener presente que la diabetes de tipo 2 se desarrolla sin ninguna señal perceptible, por eso generalmente se detecta cuando surgen otros problemas de salud relacionados. Para estas situaciones, la prevención se centra en los controles de laboratorio en forma periódica, mediante análisis de sangre”. Asimismo, la profesional indicó que quienes deben prestar mayor atención a dichos factores, son las personas de 45 años o más, con un índice de masa corporal de 25 (medida del sobrepeso), los que guardan hábitos sedentarios, tienen antecedentes familiares de diabetes o aquellos que padecen de hipertensión.

Para todos los casos, Vásquez recomendó realizar ejercicio física en forma rutinaria, planificar una dieta saludable que permita llegar al peso ideal de acuerdo a la contextura física e intentar normalizar los niveles de azúcar a través de los alimentos que se consumen. Si estos cambios de hábitos no resultan suficientes, el especialista indicará la terapia farmacológica apropiada a cada caso.

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