Cómo cuidarse de la lumbalgia. Un 80% de las personas la tendrán en algún momento de su vida

Habitualmente reconocida por un dolor en la parte baja de la espalda, la lumbalgia es una de las patologías más comunes en todo el mundo. Se estima que alrededor del 80% de las personas la tendrán en algún momento de su vida y es más común en las de mediana edad y mayores. En algunos casos, puede irradiarse hacia un costado de la espalda o a una pierna.

El Dr. Matías Baldoncini, médico neurocirujano, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, explicó que “puede alterar la calidad de vida de jóvenes y adolescentes, especialmente de aquellos con un estilo sedentario o que practican deportes de alto impacto. Por otra parte, este dolor, es común durante el embarazo, debido a los cambios en el cuerpo y a la postura. Sus causas pueden ser diversas: algunas de las más comunes incluyen lesiones en los músculos de la región lumbar y en los ligamentos de la espalda, hernias de disco, ciática, escoliosis, inflamación en las articulaciones vertebrales o estenosis espinal…”.

El tratamiento depende del origen subyacente del dolor. Según la gravedad, es posible que se necesite de un tiempo de descanso para permitir que los músculos se curen. Al respecto, el médico detalló que “después del reposo, se recomienda actividad física regular, precisamente para mantener los músculos fuertes y prevenir futuros episodios. Los analgésicos y los antiinflamatorios pueden ayudar a aliviar el malestar y reducir la inflamación y en casos graves, como hernia de disco, que comprime una raíz nerviosa y dificulta la movilidad de una pierna, la cirugía puede ser necesaria para corregir la causa subyacente. En estos procedimientos, se utilizan técnicas mínimamente invasivas que permiten menor tiempo de recuperación, menor dolor postoperatorio y mejores resultados en la estabilidad de la columna. Además, en algunos pacientes, se suelen indicar bloqueos para aliviar los síntomas. El mismo consiste en introducir, con anestesia local, una aguja fina hasta el punto del dolor y administrar un fármaco o transmitir impulsos de radiofrecuencia. Éstos se realizan en el quirófano y el paciente regresa al domicilio al finalizar el procedimiento…”.

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