Cómo cuidar a los niños para evitar lesiones y muertes en accidentes de tránsito

Los accidentes de tránsito son la primera causa de mortalidad entre los niños de 5 y 14 años en América y la segunda entre las personas de 15 y 44, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Durante 2017, en Argentina, fallecieron 5.420 personas por esta causa, de las cuales 324 eran menores de 14, revela un informe estadístico de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

Según un estudio realizado por el Observatorio Vial de la mencionada organización, 7 de cada 10 menores de 17 años circulan desprotegidos, porque no utilizan el dispositivo de seguridad adecuado a su edad o lo hacen de manera incorrecta. Sólo el 46,4% de los niños de 0 a 4 años que viajan en el asiento trasero del auto utilizan la sillita y en cuanto al uso del cinturón de seguridad, entre los 5 y 10 años, se lo coloca un 17,6% y entre los de 11-17, un 31,3%, se informó a El Observador desde la ANSV.

“Lo que más nos cuesta es cambiar nuestras creencias. Como sociedad tenemos que ser responsables al conducir y entender que no se trata de estadísticas, sino de seres humanos a los que un siniestro vial les cambia la vida para siempre” afirmó el director ejecutivo de la Agencia, Carlos Pérez, quien agregó que “debemos cuidar, proteger y dar el ejemplo a nuestros niños para generar un cambio en la cultura vial”.

Al analizar el trabajo, se observa que el uso del “Sistema de Retención Infantil” (sillas para niños) evoluciona de forma creciente en Argentina desde 2011, donde la tasa de utilización era de solamente un 26,2%, aumentando paulatinamente a un 46,4% en 2016. Si se comparan las distintas regiones del territorio nacional, el NEA presenta la tasa de uso más baja (17,7%) mientras que Cuyo la más elevada (66,8%).

Recordemos que el SRI cumple un papel fundamental en la seguridad de los más chicos: su correcta utilización reduce hasta un 80% los riesgos de lesiones graves y fatales en caso de un incidente de tránsito. Según lo determina el Decreto 32/18, que entró en vigencia en enero de este año, los menores de 10 años deben utilizar la sillita acorde a su edad. De esta forma, la exigencia que antes era hasta los 4 años, se extendió a los 10 en todas las rutas nacionales. “Sin embargo, cada jurisdicción debe adherir para que la normativa sea efectiva en su territorio” se aclaró.

En lo que refiere a las motos, la situación es igualmente preocupante: 7 de cada 10 menores de 18 años no utilizan casco. El nivel de desprotección evidenciado resulta sumamente preocupante si se considera que el uso de este elemento, reduce la gravedad de los traumatismos en aproximadamente 72% y mitiga el riesgo de defunción en 39%.

La falta de protección infantil es más crítica en las zonas de NEA (13,8%), NOA (26%) y la Región Pampeana (39,7%), “lo cual representa un problema crítico dada la cantidad de motos que hay en estas zonas” se remarcó. Para tener una idea, el parque vehicular de NEA está compuesto por un 44,7% de autos y 54% de motos.

A su vez, la edad y el sexo del conductor influyen a la hora de medir la desprotección infantil. Al igual que en los autos, si conduce una mujer, la seguridad de los menores aumenta. Y si tenemos en cuenta la edad, los conductores mayores de 36 años son los que más protegen a los niños.

“Para generar un cambio significativo en la cultura vial, es necesario que cada uno de nosotros asuma su compromiso con responsabilidad. Y como creemos fervientemente que la educación es vital para revertir estas cifras, desde el Centro de Capacitación de la ANSV en 2017 se realizaron charlas de concientización para un total de 53.294 niños y jóvenes. Mientras que en lo que va del año se dictaron 94 para 10.780 niños de escuelas primarias y 90 para 15.670 jóvenes de escuelas secundarias”.

 

Otras recomendaciones  

 

Desde la Asociación “Luchemos por la Vida” también se resaltó la importancia del “Sistema de Retención Infantil”. “Cuando mamá, papá y el bebé viajan en el auto, aunque no lo sientan, están desplazándose a la misma velocidad que el vehículo y al unísono con él. En caso de una detención brusca, todo lo que no se encuentra atado dentro del rodado, seguirá su viaje hacia adelante y sólo se detendrá cuando choque contra algo (puede ser la parte delantera del coche, el parabrisas, el asfalto) y más grave aún puede ser, si son despedidos y eyectados fuera del vehículo”.

Por ello, aconsejan desde la mencionada organización, que “es importante que todos viajen con los cinturones de seguridad ajustados y los niños más pequeños, sujetos en sus sillas especiales, las que se fijan al asiento con el cinturón de seguridad del vehículo y con anclajes que traen los vehículos de fábrica. A estos últimos, por estatura y estructura ósea, los cinturones solamente, no los protegen adecuadamente”.

Dirigentes y técnicos de “Luchemos por la Vida” señalaron que “los menores de 10 años deben viajar en los asientos traseros y en sus sillas especiales, de acuerdo a su edad y peso. Para bebés de hasta 13 kilos, la colocación será siempre en sentido contrario a la marcha y en el asiento trasero” y se subraya que “es muy importante ajustar la silla a medida que crece el niño y evitar que los arneses queden flojos, así como la instalación con el cinturón”.

Desde la Asociación además se expresó que “si usted piensa que el niño en los brazos de su mamá va más seguro, la realidad indica que aún en caso de un choque a baja velocidad, el adulto no puede evitar ser desplazado de su asiento y tendrá la inevitable tendencia a abrir sus brazos para sostenerse en el lugar. Además, la fuerza que se genera en un choque a 50 Km/h equivale a la caída de un cuarto piso. ¿Cree usted que podría amortiguar su caída con los brazos?”.

“Otro mito es que los chicos no soportan viajar atados, pero los niños pequeños se habitúan con facilidad y viajan más confortables en sus sillas o butacas especiales, o sobre un almohadón los mayorcitos, debidamente ajustados con el cinturón de seguridad” y en cuanto a los costos que representa el recambio de las sillas, desde la entidad se expresó que “si bien es cierto que hay que hacer un gasto extra, cualquier lesión grave acarrea más costos y además, la vida de los hijos es invalorable”.

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