Comenzó a operar el radiotelescopio más grande del mundo

El radiotelescopio más grande del mundo, ALMA, comenzó a operar en Chile, revelando imágenes del Universo nunca antes vistas por los observatorios tradicionales, confirmó el Observatorio Europeo Austral (ESO).

 

“Estamos viviendo un momento histórico para la ciencia, en especial para la astronomía, y tal vez también para la humanidad”, dijo Thijs de Graauw, director de ALMA, citado por la agencia DPA.

 

Este complejo astronómico, que todavía está en construcción a 5.000 metros de altura en el desierto chileno, permitirá captar ondas de luz submilimétricas, distintas a la luz normal e infrarroja.

 

Por ello, podrá observar las zonas más oscuras y antiguas del Universo, donde los telescopios ópticos tradicionales no pueden penetrar.

 

El ALMA, ubicado en el llano de Chajnator, llegará a contar con 66 antenas móviles en su etapa de plena operación, las que podrán disponerse coordinadamente para observar las áreas más próximas al Big Bang, el momento de creación del cosmos.

 

“Incluso en esta fase tan temprana, el ALMA ya supera a todos los observatorios de su tipo que existen”, dijo Tim de Zeeuw, director general de ESO.

 

Unos 900 astrónomos de todo el mundo se postularon los últimos meses para realizar sus observaciones en este complejo.

 

Uno de los proyectos elegidos es el de David Wilner del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics de Cambridge, de Estados Unidos.

 

El objetivo de observación elegido por este equipo es AU Microscopii, una estrella que se encuentra a 33 años-luz de distancia y tiene apenas un uno por ciento de la edad de nuestro Sol.

 

“La idea es descubrir agrupaciones en torno a esta estrella que podrían constituir la materia prima de planetas aún no descubiertos”, explicó Wilner.

 

Simón Casassus, de la Universidad de Chile, y su equipo usarán el ALMA para observar el disco de gas y polvo que rodea HD142527, una joven estrella que se encuentra a 400 años-luz de distancia.

 

“El disco de polvo alrededor de esta estrella tiene un espacio vacío muy grande, que podría haber sido causado por la formación de planetas gigantes”, explicó Casassus.

 

Aún más lejos, a 26.000 años-luz, en el centro de la galaxia, está Sagittarius A*, un agujero negro supermasivo que tiene cuatro millones de veces la masa del Sol.

 

El gas y el polvo presentes entre la Tierra y el agujero negro impiden observarlo con telescopios ópticos. El ALMA, en cambio, es capaz de penetrar esa oscuridad galáctica, agregó otro de los científicos favorecidos, Heino Falcke, astrónomo de la Radboud University Nijmegen de Holanda.

 

“El ALMA nos permitirá observar las llamaradas de luz alrededor de este agujero negro supermasivo y tener imágenes de las nubes de gas atrapadas por su inmensa fuerza. Así podremos estudiar los desordenados hábitos alimentarios de ese monstruo”, explicó.

 

“Creemos -agregó- que parte del gas puede estar escapando de sus garras, a una velocidad cercana a la de la luz”.

 

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