Club Logos: Una entidad en crecimiento que es presidida por un pastor evangélico

El 17 de agosto se cumplió el 3º aniversario del Club Logos de General Ramírez. Su presidente, el pastor evangélico José Luis Riquel, contó a El Observador cómo surgió la entidad y qué proyectos deportivos e institucionales tienen. El club, que actualmente milita en la Liga Nogoyaense de Fútbol, pertenece a una Fundación de la que Riquel es precisamente su presidente. “Como había una necesidad de agrupar chicos en el barrio de la Iglesia a la que pertenezco, nos juntamos con algunos colaboradores, le empezamos a dar forma y al poco tiempo, teníamos 20 niños y jóvenes jugando al fútbol. Esos 20 se fueron multiplicando, por lo que llegamos a los 60 ó 70 en poco tiempo” explicó el pastor, quien recordó que “recibimos invitaciones para participar de diferentes encuentros, asistimos con bastante éxito, hasta que llegó el momento de agrupar a todos los jugadores por categoría. Hicimos algunas competencias en el polideportivo municipal, incluso llegando en un torneo a una final con Unión de Santa Fe, por lo que vimos que había potencial. Desde ese momento, empezamos a buscar colaboradores que se encarguen de la técnica y de integrarlos como equipo. Poco después, nos ofreció gente de Ramírez armar una primera división, se acompañó esa iniciativa, sumando también la Sub-19 y Sub-16 y nos integramos a la Liga. En lo deportivo, en el primer año obtuvimos el último puesto, pero con un reconocimiento especial al ‘juego limpio’ y al buen comportamiento y por nuestro cumplimiento en el pago de todas las cuotas. En el segundo año en la Nogoyaense, en la primera parte de la temporada fuimos el equipo ramirense mejor posicionado y en la tabla general, culminamos cuartos, por lo que estamos muy conformes con lo desarrollado en tan poco tiempo. Lo bueno es que no paramos de crecer”.

Riquel expresó que “desde la fe, apuntamos a darle un lugar a menores y mayores para que practiquen un deporte, pero sin imponerles una religión. Si uno va a la cancha y conversa con las familias de Logos, en su gran mayoría, no son personas de nuestra Iglesia, o sea no ponemos esa condición para participar. Solamente establecemos unos modelos morales y éticos de comportamiento, que es el lineamiento que tratamos de llevar a cabo. No es fácil de lograr en el fútbol, pero no es imposible y en Logos lo estamos logrando”.

En lo edilicio, el pastor expresó que “tenemos muchos proyectos propuestos, pero también debemos ser concientes de que somos una institución nueva, que está compitiendo con entidades de más de 50 años. En el fondo de la Iglesia, tenemos un terreno que nos cedió el municipio, de unos 30 x 15 m., donde hacemos los entrenamientos de las inferiores y en el polideportivo municipal practican las demás categorías. En lo que resta del año, apuntamos a seguir creciendo y en ese marco, pusimos en circulación un bono contribución con un premio novedoso, una casa construida con escritura a nombre del ganador, lo que nos permitirá recaudar fondos para unos proyectos interesantes que tenemos en marcha, como la adquisición de un transporte y también manejamos la alternativa de la compra de un predio”.

Sobre la posibilidad de incorporar más disciplinas, Riquel explicó que “en realidad, cada día tenemos nuevas propuestas y de gente que se quiere sumar de alguna manera, lo que nos llena de alegría, pero nos piden mucho más de lo que podemos, ya que no contamos con la suficiente infraestructura. Sí tenemos fútbol femenino y hay seguidores de otras disciplinas, como el voley, interesados en sumarse”. Destacó que “en estos 3 años, nos hemos encontrado con gente que nos ayuda, las instituciones nos abrieron las puertas, con los demás clubes tenemos una muy buena relación y estamos siempre dispuestos a servirles en lo que podamos”.

– ¿Qué se siente estar al frente de una institución deportiva y además ser pastor de una Iglesia?

– Mucha gente cercana al deporte al principio dudaba que un pastor pudiera dedicarse al fútbol y a dirigir un club, lo que pasa que esto es una pasión y en mi caso, es una forma de agradecerle a Dios. Él me sacó de una villa, me permitió formarme, tener un título universitario, una familia con 4 hijos… En un momento, el fútbol me rescató del peligro de las drogas, tuve la oportunidad de jugar en Deportivo Morón (Buenos Aires) y a la larga, uno ve que todo eso, lo puede devolver, plasmando un proyecto como el que encaramos en Ramírez.

 

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