Club de Narradores de Ramírez: 10 años brindando un servicio a la comunidad

Hace 10 años que en General Ramírez funciona el Club de Narradores, cuyas actividades se concentran en la sede de la Biblioteca Popular “Luis Etchevehere”, los jueves en dos horarios, de 16.00 a 17.30 y de 18.30 a 19.30.

La coordinadora del taller y profesora jubilada en Lengua y Literatura, Graciela González, explicó a El Observador que este grupo pertenece al Club de Narradores de Paraná, que comenzó a funcionar hace más de 25 años a través del Departamento de la Mediana y Tercera Edad, de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). “En 2009, los integrantes de la entidad paranaense, decidieron formar líderes narradores en distintas localidades de la provincia y los grupos se fueron conformando mediante un convenio entre los municipios y la UNER. Con el paso del tiempo, esos contratos se fueron cerrando y actualmente el nuestro es el único club que sigue en pie, ya que gestioné para que se hiciera un acuerdo con la Biblioteca y podamos seguir funcionando. Somos una derivación del Club de Narradores de Paraná y estamos contentos de la tarea que venimos realizando, lo que nos ha permitido perdurar en el tiempo. A su vez, es importante la apertura que tenemos hacia la comunidad, ya que periódicamente compartimos jornadas con los alumnos de las distintas instituciones educativas, tanto de la ciudad como de los pueblos vecinos”.

– ¿Los chicos se suman a la propuesta?

– Cuando se acercan a la Biblioteca, recorren los distintos espacios y van observando la variedad de libros y los dividimos en grupos para hacer las narraciones que escuchan muy atentamente. Los chicos pueden tener celulares, videos juegos y otros entretenimientos, pero organizás una actividad de lectura, donde se sientan en círculo y se logra atraparlos hasta el final del cuento o historia que le estás narrando. Tratamos de estimular lo que es la imaginación creadora y por eso no trabajamos con imágenes, para que cada uno de los chicos las reproduzcan en sus mentes. No podemos saber qué pasa en su interior, pero sí nos damos cuenta si se aburrieron o están interesados con las historias, lo que es muy gratificante los que en esos momentos vamos viviendo y ellos experimentando con lo que nosotros les vamos contando.

– ¿En general la gente se acerca al grupo?

– Cuesta mucho que se sume, porque se piensa que es una actividad solamente para los niños, pero están las puertas abiertas a los que estén interesados. Tenemos 2 grupos, uno con 9 integrantes que está avanzado y otro que recién se conformó, ya que la tarea de narrar no es fácil, porque uno tiene que contar lo que siente. Hay que encontrar el cuento correcto, estudiarlo, no se narra de memoria, pero tiene que estar acompañado de los gestos.

Cualquiera puede narrar, pero se necesita un tiempo de formación, lo que se puede ir adquiriendo a través de los talleres que tenemos en marcha, que duran una hora y media e incluyen la parte teórica y las actividades prácticas, donde se va viendo qué mejoramos o qué le cambiamos al cuento que elegimos. Los que asisten al grupo, no tienen la obligación de ser narradores, pueden acercarse a la Biblioteca y disfrutar de las gratas jornadas que semanalmente compartimos.

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