Cítricos: Cómo reducir el impacto de la falta de agua

Frente a un contexto caracterizado por el marcado déficit hídrico que registra la región mesopotámica, especialistas del INTA brindaron recomendaciones para reducir el impacto de la falta de agua en la cosecha y en el rendimiento. Entre las principales prácticas, se destacan aspectos ligados al manejo del suelo, control de malezas, riego y fertirriego y control nutricional,

“En general, los cítricos exigen alrededor de 1.100 a 1.200 milímetros de agua, aportados por lluvias bien distribuidas a lo largo del año”, expresó Andrés Ramírez, especialista del INTA Vella Bista (Corrientes). Factores climáticos, como el efecto de la Oscilación Sur (ENOS), provocan variaciones en las precipitaciones estacionales –excesos o escases– que impactan también en la producción.

“Años caracterizados por el fenómeno ‘La Niña’, generan veranos con un marcado déficit hídrico”, señaló el profesional, quien explicó que esa situación afecta los rendimientos, debido a que coincide con momentos claves para el desarrollo y crecimiento del fruto y pueden perjudicar directamentea  la producción, tanto en cantidad como en la calidad de la fruta.

Frente a estas condiciones, desde el INTA Bella Vista recomiendan que el productor pueda informarse y tomar contacto con los técnicos u organismos del área para tomar las mejores decisiones. “La capacidad para afrontar la seca depende de si el cultivo posee o no equipo de riego”, indicó Ramírez, quien destacó la importancia de conocer la calidad del agua que se dispone.

“En los lotes que no poseen equipo de riego, la disminución en el rendimiento a cosecha se sitúa entre el 30% y 50%”, expresó Ramírez, quien explicó que, por un lado, provoca disminución en la cantidad de unidades de fruta en la planta y por otro lado, se reduce el tamaño de la misma.

Tener el suelo cubierto con abonos verdes, no solo ayuda a disminuir la erosión, sino que, además posibilitan mantener la humedad, mejoran la calidad física, reducen la compactación e incrementan el contenido de materia orgánica.

“Los abonos verdes son un gran aliado, porque mejoran la retención de agua, aportan y reciclan nutrientes, fijan carbono, mejoran la infiltración, captan agua y reducen la evapotranspiración”, detalló en tanto, el investigador Darío Taiariol, quien añadió: “Otros beneficios a tener en cuenta son el aumento de la biodiversidad, la regulación de las plagas, el control de malezas y de nematodos”.

Si bien el clima seco y la falta de agua son condiciones que no predisponen a la proliferación de enfermedades bacterianas y fúngicas en citrus, una de las plagas que sí adquiere relevancia es la arañuela roja (Tetranychus mexicanus). “Es conveniente realizar monitoreos semanales o quincenales, prestando atención al envés de la hoja, lugar donde crecen las colonias”, explicó otro de los especialistas, Alcides Aguirre, quien puntualizó en la importancia de controlarla a tiempo, por la dificultad característica que presenta.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la política de privacidad y los términos de servicio de Google.