China revoluciona su política de natalidad: permitirá tener tres hijos

 En un desesperado intento por revertir el descenso de su tasa de natalidad, China anunció hoy que permitirá a las parejas casadas tener hasta tres hijos, un cambio en el actual límite de dos hijos, con la esperanza de reactivar su grave problema de envejecimiento, el más rápido del mundo.

“En respuesta al envejecimiento de la población, las parejas serán autorizadas a tener tres hijos”, declaró la agencia de noticias estatal china Xinhua, tras una reunión del buró político del Partido Comunista encabezada por el presidente Xi Jinping.

Además de este cambio de política, se aplicarán “medidas de apoyo, que favorecerán la mejora de la estructura poblacional de nuestro país, cumpliendo la estrategia de hacer frente activamente al envejecimiento de la población” mencionó la agencia.

Entre las medidas planteadas, China, el país más poblado del mundo, reducirá los costes educativos para las familias, aumentará las ayudas fiscales y a la vivienda, garantizará los intereses legales de las mujeres trabajadoras y reprimirá las dotes “elevadísimas”, dijo la agencia. Las autoridades también pretenden educar a los jóvenes “en el matrimonio y el amor”.

En el 2016, Pekín ya había intentado evitar los riesgos para su economía que pueden conllevar un rápido envejecimiento de su población y eliminó su política de un solo hijo y la sustituyó por un límite de dos. Sin embargo, esto no logró un aumento sostenido de los nacimientos.

Entre esos motivos, está la disminución de los matrimonios, el aumento del costo de la vivienda y la educación para los niños, la fertilidad más tardía de las mujeres que privilegian su carrera profesional, el exceso del número de hombres en relación con las mujeres debido a la preferencia tradicional por los hijos varones.

Informes recientes arrojaron que la tasa de fertilidad de China es de tan solo 1,3 hijos por pareja en 2020, similar a las sociedades envejecidas como Japón e Italia y muy lejos de los 2,1 necesarios para el nivel de reposición.

El número de nacimientos cayó a 12 millones el año pasado con la llegada del coronavirus, contra 14,65 millones en 2019,una cifra que marcó una de las tasas de natalidad más bajas desde la fundación de la China comunista en 1949.

“La gente se ve frenada no por el límite de dos hijos, sino por los costes increíblemente elevados de la crianza (…) en la China actual. La vivienda, las actividades extraescolares, la comida, los viajes y todo lo demás se acumulan rápidamente”, dijo Yifei Li, sociólogo de la Universidad de Nueva York en Shanghái.

En una encuesta en la cuenta Weibo de Xinhua en la que se preguntaba #EstásPreparado para la política de los tres hijos, la gran mayoría – unos 29.000 de 31.000 encuestados – dijeron que “nunca se les ocurriría”, mientras que el resto optó por las otras opciones: “estoy preparado y con muchas ganas de hacerlo”, “está en mi agenda” o “estoy dudando y hay mucho que considerar”.

Unos 12 millones bebés nacieron en China el año pasado, la cifra más baja desde los 1960.

Aumentar el límite en sí mismo es poco probable que incline el cálculo de nadie de manera significativa, en mi opinión”, advirtió Yifei Li.

El éxito del desarrollo económico de las últimas cuatro décadas se basó entre otras cosas en una importante fuerza laboral muy joven con salarios bajos, que hacían muy competitivas las fábricas en la franja costera del país.

Ahora, el rápido envejecimiento amenaza con convertir a China en una sociedad anciana, lo que prevé una escasez de mano de obra, y la necesidad de adaptar su economía y sus infraestructuras a una población de mayores.

En marzo, el Parlamento chino votó un plan para aumentar gradualmente la edad de jubilación durante los próximos cinco años, para disgusto de gran parte de la población.

A este ritmo, China podría perder contra la India su título de primera población mundial: el país tendría 1380 millones de habitantes en 2020, según las Naciones Unidas.

Mientras, China solo aumentó un 5,38% su población en comparación con el último censo de 2010, es decir, la tasa de crecimiento más baja desde la década de 1960.

Agencias Reuters y AFP

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