Cáncer: Tras el diagnóstico, cómo hacer para aceptar el dolor y no caer en la depresión

Ante un diagnóstico de cáncer, la psicooncología es una herramienta muy usada “para aprender a aceptar el dolor y los miedos, tomar decisiones y progresar en el tratamiento”. El Dr. Franco García Cervera, médico especialista de la “Asociación de Psiquiatras de Argentina” explicó que “1 de cada 3 personas desarrolla cáncer en algún momento de su vida. Los avances médicos en los tratamientos oncológicos han hecho posible el aumento en la cura, la supervivencia y remisiones a largo plazo. Esto implica un esfuerzo sostenido por parte del paciente y sus seres queridos; también del equipo médico en el abordaje multidisciplinario, para lograr un enfoque integral de tratamiento. El impacto de esta enfermedad va más allá de lo físico, ya que afecta también lo emocional. La mayoría de las personas presentan estrés desde el momento de la sospecha diagnóstica. La salud mental puede afectar la forma en que pensamos, sentimos, actuamos, tomamos decisiones y nos relacionamos con las demás personas. Alrededor de la mitad de las personas que atraviesan una patología oncológica, suele necesitar una interconsulta con un especialista en salud mental por presentar, por ejemplo, trastorno de ansiedad, depresión y/o trastornos adaptativos. A este porcentaje debemos agregar a quienes presentan un trastorno de salud mental previo al diagnóstico oncológico. En este contexto, es importante destacar la existencia de la psicooncología, un área de la psiquiatría y la psicología encargada del acompañamiento en el diagnóstico y el tratamiento. El paciente puede contar con un espacio donde poder validar sus emociones, tomar en consideración la dimensión de los síntomas físicos, la angustia, los dilemas existenciales, la alteración de la imagen corporal, la sexualidad, el duelo, el miedo a la recurrencia, los sentimientos de vulnerabilidad, las afectaciones cognitivas y la calidad de vida durante y después del tratamiento oncológico. Puede además, ayudar en la toma de decisiones facilitando la evaluación y comprensión de las opciones terapéuticas, favorece la comunicación entre el paciente y el resto del equipo de salud, proporciona herramientas para el afrontamiento de la enfermedad y puede mejorar la adherencia a tratamientos. Nadie espera recibir un diagnóstico de cáncer, pero nadie debería transitar este camino sin apoyo. Existen especialistas dedicados específicamente en el acompañamiento de estos procesos. Cuidar la mente es tan esencial como tratar el cuerpo…”.

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