Boxeadora y directivos de la Federación Entrerriana de Box cuentan sus experiencias y proyectos

Visitaron el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, Raúl Digiovani (ex boxeador que realizó combates en el campo amateur, juez nacional de boxeo y directivo de la Federación Entrerriana de este deporte); Héctor Bergara (abogado, jurado nacional, practicó recreativamente esta disciplina, actual directivo de la Federación Entrerriana de Box) y Cintia “La Camionera” González (incursiona en el boxeo desde hace un tiempo, por ahora a nivel amateur y con el deseo de llegar al profesionalismo), quienes dialogaron con el Cont. Fernando A. Huck, director de El Observador.

Digiovani expresó que “comencé en este deporte cuando tenía 15/16 años, en aquel momento se hacían torneos barriales, en Paraná. Recuerdo una pelea que tuve contra un soldado, que era mayor que yo, me pegó por todos lados, pero en el tercer round lo tumbé. A pesar de que había ‘ligado’ bastante, gané por nocaut y ahí me entusiasmé. Un técnico me preparó y empecé a hacer algunos combates, pero a la cuarta pelea, tras una derrota, lo dejé y no volví más. Sí colaboro en la parte dirigencial. En su momento, la Municipalidad de Paraná reguló con una ordenanza el tema de los eventos de boxeo y hasta hoy, la misma no ha sido modificada y para eso, nos hemos encaminado con el Dr. Héctor Bergara y otras personas que conocen sobre este deporte, para hacer una nueva legislación, acorde a estos tiempos, pero siempre respetando lógicamente lo establecido por la Federación Entrerriana y la Federación Argentina de Box. En esos tiempos, nadie me controló por ejemplo, si estaba bien del corazón, ni exigían estudios de control. Ahora los médicos hacen los controles de presión y otros exámenes, con los cuales se dan cuenta si una persona puede estar o no dentro de un ring, siempre con el fin de cuidar a quien practica este deporte”.

La “Camionera” González contó sobre sus inicios en la disciplina y al respecto mencionó que “mi papá fue entrenador de boxeo, por lo que a partir de los 6 años, lo empecé a acompañar. A los 14 hice una exhibición, en Diamante, pero en ese tiempo no había tantas mujeres en este deporte como ahora. Después me alejé y hace 6 años regresé y no paré más. Bajé 37 kilos, porque tenía sobrepeso. Hoy peso 60 y con ganas de seguir sumando experiencias. De las 23 peleas que tengo, gané 19. Entre mayo y julio, estaría debutando como profesional, lo que representaría un cambio muy importante para mi carrera. Si bien hay más riesgos, porque como amateur se pelea con el cabezal y con guantes más grandes, mi objetivo es llegar al profesionalismo y poder pelear en el futuro con Nazarena “Capricho” Romero, una boxeadora de Córdoba, campeona del mundo en mi categoría. Tengo mucho apoyo de la gente y eso ayuda para que una pueda seguir”.

Bergara por su parte comentó que “el boxeo para mí es un ‘cable a tierra’. Los que somos dirigentes de esta disciplina, como de otras, lo hacemos por gusto, ad honorem y porque queremos que nuestro deporte crezca. Un gobernador dijo que los dirigentes son los funcionarios más baratos que tengo, porque contienen a los niños, jóvenes y a la sociedad en general. El boxeo es un deporte noble, que cambió mucho en lo que tiene que ver con los estratos sociales. Uno antes decía boxeo y se relacionaba con el chico humilde, pobre, hoy se ha abierto tanto, llegando a personas de distintas edades y de diferente condiciones económicas. En mi caso además soy jurado nacional, tanto en Paraná como en otros lugares del país, para lo cual realizamos el correspondiente curso en la Federación Argentina de Box. Nos extienden la licencia y nos habilitan para cumplir esta tarea en las peleas profesionales. He ido a Chaco, Gualeguaychú, Concordia, Santa Fe”.  

– En Entre Ríos, ¿en cuántos lugares se practica el boxeo a nivel amateur o profesional?

– (Bergara) Donde más actividad hay es en Paraná y Concordia, también en Concepción del Uruguay; en Colón hay una buena escuela con técnicos jóvenes y eso se nota enseguida en los boxeadores, que tienen buena técnica, uno ve el trabajo que se hace. Villaguay se ha transformado en un gran semillero de boxeo. Débora Dionicius surgió de allí, lo mismo que Marcelo Cóceres, quien ha peleado por el título del mundo o Brian Arregui, una de las promesas del boxeo: estuvo en Japón el año pasado, días pasados peleó en Dubai y ganó el título mundial juvenil (ante el indio Kulbir Dhaka). Es increíble lo que pasa en Villaguay, de cómo surgen boxeadores de allí. Y en el campo amateur, hay muchos chicos de Santa Elena, La Paz…  

– En Entre Ríos, uno de los famosos fue el siempre recordado Héctor Pedro Rohr (el “Dinamitero de Valle María”)…

– (Digiovani) Sí, llegó a tener el título argentino y latinoamericano. Incursionó y fue creciendo en el boxeo, con una pegada espeluznante. En Paraná peleó en varias oportunidades…

– Siempre se habla de los peligros que corren los boxeadores y las secuelas que deja…

– (Bergara) Hoy son otros los tiempos… Mucho tiene que ver el entrenamiento del boxeador y el cuidado que le dan desde su rincón, que tiene que velar por su seguridad. Si ven que está recibiendo golpes y no hay chances de revertir esa situación, se “tira la toalla”. El boxeo se ha humanizado mucho y el mismo referí tiene responsabilidad también de cuidar al boxeador. Uno de los temas que hace hincapié la Federación Argentina son los estudios neurológicos; el encefalograma o tomografías se exigen una vez al año. Donde llegue a detectar alguna anormalidad, ese boxeador no pelea más. Si uno es nockeado, no puede boxear hasta un determinado tiempo. Hay que desmitificar que el boxeo es todo violencia, hay actualmente todo un panorama alrededor de este deporte para cuidar a quien lo practica…

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