El coordinador de la delegación provincial de la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación, Prof. Rubén Belegoti, visitó el Centro Radial, Televisivo y Periodístico de Entre Ríos en Crespo, donde en diálogo con El Observador, comentó acerca de la tarea que vienen desarrollando para beneficiar a cientos de productores comprendidos en este sector. Dicha subsecretaría cuenta con más de 20 delegaciones en el país y en cada una de ellas, un equipo técnico de profesionales brinda asesoramiento, capacitación y acompañamiento a los agricultores familiares.

El funcionario no dudó en afirmar que “con el gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández y el apoyo del gobernador Sergio Urribarri, se le dio un gran impulso a este sector. Tenemos directivas claras, estrictas y precisas de ayudar a los pequeños productores y el objetivo, es recorrer todo el territorio y tener un contacto fluido con ellos, porque el ‘cara a cara’ ayuda a que el beneficio llegue de manera más directa. Hay una preocupación del gobierno nacional y del provincial de acompañarlos, para potenciar al sector y brindarle las herramientas que el Estado tiene en sus manos para lograr que no solamente subsista, sino que se incremente el número de productores”.

Belegoti sostuvo que “la producción en pocas manos hace que la fijación de precios esté a cargo de unos pocos, de modo que se necesita de los agricultores familiares. En la década del 90, este sector fue olvidado y sus integrantes tuvieron que arrendar sus tierras a los grandes pooles o terminaron expulsados hacia los grandes conglomerados urbanos, para trabajar en condiciones hasta infrahumanas”.

El coordinador destacó la importancia de agregarle valor a la producción y en ese marco remarcó que “no es lo mismo crear un cerdo y venderlo como un capón a criarlo, trozarlo, enfriarlo, envasarlo al vacío y venderlo en los distintos comercios, porque representa un beneficio mayor”.

Sobre un reclamo producido sobre una supuesta falta de fondos para la repartición que dirige, el funcionario aclaró que “en esta dinámica que se implementó, hubo algunas derivaciones de recursos hacia otros sectores, pero eso no implica que la delegación de Entre Ríos se haya paralizado, todo lo contrario. Con el apoyo invalorable del gobernador Sergio Urribarri, del ministro de Producción de Entre Ríos, Roberto Schunk, el de Comunicaciones, Pedro Báez, logramos avanzar y crear por primera vez, una mesa interinstitucional. Antes había una forma de trabajar bastante particular, ya que cada cual hacía la suya y a veces entorpecía la labor, pues se generaba una sobrecarga de trámites, lo que implicaba un costo excesivo al Estado. Por ejemplo, si se necesitaba una perforación de agua para un determinado establecimiento, la solicitaba el presidente de la Junta de Gobierno, el coordinador de Juntas, el legislador y cuando llegaba a la oficina donde se debía resolver el pedido, nos encontrábamos que teníamos 6 o 7 expedientes iniciados sobre el mismo tema y la misma persona, lo cual entorpecía la gestión, la encarecía y dilataba los tiempos. Con esta nueva articulación que se logró, se tiene una mayor aceleración en cada una de las cuestiones”.

El funcionario finalmente valoró la creación del Registro Nacional de la Agricultura Familiar (RENAF), que permite conocer cuántos son los productores del sector, cómo se distribuyen en el territorio, qué, cómo y cuánto producen, de qué forma acceden a los servicios de salud y educación, entre otros ítems. “Estar inscriptos significa calificar para los distintos programas que el gobierno nacional y el provincial tienen para ese sector” y remarcó que “desde un escritorio del Estado nacional no puede un funcionario determinar si ‘Juan Pérez’ es un agricultor familiar o no lo es. A esa información la tienen que corroborar nuestros técnicos, que están esparcidos en la provincia y tomando contacto permanente con ellos. Estando en el RENAF, el productor queda calificado para créditos, aportes no reintegrables o por ejemplo, para acceder al Monotributo Social Agropecuario, creado para facilitar y promover el ingreso de los agricultores familiares a la economía formal”. Además de los beneficiarios que significa tener el monotributo, podrán acceder a una jubilación, contar con la cobertura de una obra social para el contribuyente y su grupo familiar, inclusive los hijos de hasta 18 años. El productor puede emitir factura oficial, ser proveedores del Estado por compra directa y acceder a otros canales de comercialización.