Bajantes del río Paraná tendrían relación con incendios en islas

Un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos, dirigido por el docente Eduardo Díaz, está realizando un estudio para determinar, si existe una relación entre la dinámica hídrica del río Paraná, los incendios en las islas del Delta y el uso pecuario. El objetivo es desarrollar un programa de alerta temprana, que permita controlar y mitigar los potenciales incendios en condiciones de sequía.

El registro actual del Paraná, se acerca al peor promedio mensual en más de 50 años y se espera un pronóstico desalentador hacia mediados de julio, momento en que el nivel podría alcanzar los -27 cm. a la altura de la capital entrerriana, según el Instituto Nacional del Agua (INA).

Al respecto, Díaz afirmó que mediante la investigación se podrá identificar con imágenes satelitales, los sitios donde históricamente se producen los focos de fuego. “En función de la bajante del agua, vamos a detectar cuándo se generan, proponiendo un plan de alerta para prevenir a las autoridades, evitando que los ganaderos hagan, por ejemplo, control de pasturas en esa época. En su estado normal, la turba (material orgánico que se forma debajo de los humedales) está saturada, lo que genera condiciones de anaerobiosis (ambiente sin oxígeno) y da lugar a la producción de metano, que se conoce como el “gas de los pantanos”. Ahí, el agua funciona como radiador y se encuentra contenido bajo una capa de arcilla. El problema aparece cuando el río empieza a descender, dejando a la turba expuesta, porque el gas se va liberando, levanta temperatura, que lo hace inflamable y se enciende espontáneamente, es decir, funciona como un combustible y se repite en los mismos lugares en que habitualmente hemos tenido una historia de incendio. Una vez generado el fuego, van los bomberos a apagar un foco, pero la turba tiene metano y oxígeno, entonces se sigue alimentando y aparece de vuelta, a los 100 ó 1000 metros. Esto se conoce como ‘fuegos zombies’, porque estaban apagados y por condiciones del metano, vuelven a encenderse”.

– La proyección es que el río seguirá bajo…

– El Paraná se alimenta de la “Cuenca Alta” y de la “Cuenca Media”, abastecida por los ríos Paraguay e Iguazú. Son los responsables de aportar casi el 50% del caudal, pero las precipitaciones en esa zona, están por debajo de los valores medios. Todo eso, ha dado lugar a alturas hidrométricas bajas, lo que continuaría hasta septiembre. Para recuperar los caudales, va a demorar entre 30 y 60 días… La importancia del estudio es que lo que no se mide, no se conoce y lo que no se conoce, no se controla. Si no mido la lluvia o el caudal del río, no puedo exigirle a nadie que se ocupe de esa cuestión; la comunidad científica tecnológica debe medir para transferir la información a quienes gestionan, para brindar soluciones o determinar qué es lo que no se debería hacer…

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