Bajante del Río Paraná podría superar el récord histórico de 1944

En 2020, la bajante del Río Paraná fue de la más importante que ocurrió en nuestro país en los últimos 50 años, pero lo que está ocurriendo en la actualidad, lo superaría e incluso se pronostica que se llegaría a los números de 1944, registro histórico más bajo del río. El gran déficit de precipitaciones en las cuencas brasileñas, se hace notar en las costas de las provincias de Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe. Al respecto, en diálogo con los medios del “Centro Periodístico de Entre Ríos”, el Ing. Juan Borus (“Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua”) expresó que “hemos tenido en la última semana, una carencia de precipitaciones en lugares que más necesitábamos que llueva, por lo que la perspectiva no es buena. Está faltando agua, lo que hizo que en este momento haya 5 estados de Brasil que están con una emergencia hídrica bien marcada y eso ha llevado a tomar algunas decisiones, como restringir la utilización para algunos usos. A partir de julio está prevista una disminución de los caudales que lleguen de la alta cuenca del Paraná, como respuesta precisamente a esa crítica e histórica situación que se está viviendo. Podría igualarse, con la mínima observada en 1944, que fue la bajante más marcada en la historia del río Paraná, porque los pronósticos expresan que dicha situación se va a agravar a futuro. El 2020 fue el 6° año más bajo de la historia y el 2021, si se cumple con las estimaciones más pesimistas de evolución del clima y su correlato hidrológico, puede llegar a quedar como el 1º ó 2º año más bajo de la historia. Esto trae consecuencias en la navegación fluvial, que para la región es muy importante, que no afecta solamente a Argentina, sino también a Paraguay, que tiene su cosecha pendiente de salida por barcazas hasta el puerto de Rosario. Pero también nos preocupa especialmente del lado argentino, las tomas de agua. Por eso, propendemos que la provincia y especialmente los concesionarios de agua de cada localidad, realicen el monitoreo permanente para definir pronósticos bien a medida para cada uno y que se pueda pronosticar cuándo se supere el nivel crítico. Eso permitiría definir protocolos locales con tiempo, de tal manera que la captación fluvial pueda ser lo más efectiva posible y eventualmente, podría llegar a ocurrir que alguna localidad, tenga que olvidarse temporariamente de ese recurso y elija uno subterráneo. En el caso del río Uruguay, la situación no es tan grave, porque tiene una recarga que permite mantenerse casi en aguas medias y bajas. Igualmente, no me sorprendería que durante el invierno próximo, también tenga registros que afecten la captación de agua para consumo humano”. 

– Ambos ríos siguen siendo impredecibles, con grandes crecientes, como las del 2016 e históricas bajantes como en 2020…

– Han tenido una gran variabilidad, grandes inundaciones o bajantes distanciadas con poco tiempo entre sí. Pensemos que la crecida de 2016 fue significativa y pasaron solamente 3 años para que se empiece a manifestar una gran sequía y acompañada de una gran bajante. Debemos estar preparados para hacer frente a estas situaciones muy cambiantes. El panorama indica que es muy probable que continuemos de esta manera y con posibles agravamientos…

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la política de privacidad y los términos de servicio de Google.