Aumassane: “Fue una locura querer hacerle frente a la segunda potencia del mundo”

Este sábado 2 de abril se conmemora el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas, en homenaje a los ex combatientes que participaron hace 29 años de este conflicto bélico que Argentina tuvo con Gran Bretaña.

Jorge Roberto Aumassanne, vecino de Colonia Avellaneda (tuvo un hijo en esta guerra), dialogó esta semana con El Observador a modo de recordación de esta fecha especial para el país y habló sobre un monumento que creó para homenajear a los argentinos que participaron de esta batalla.

“Mi hijo Jorge cayó herido en combate. Lo trasladaron hasta el hospital de Comodoro Rivadavia” contó Aumassanne. Posteriormente, debió ser sometido a distintos tratamientos psicológicos por los efectos que le dejó la post-guerra, falleciendo trágicamente (en un accidente de tránsito) en julio de 2007.

“Él pertenecía al Regimiento Motorizado ‘General Belgrano’. Tenía solamente 23 años cuando fue a la guerra. En ese momento, las fuerzas armadas argentinas tiraban unas para un lado y otra para el otro, lo que llevó a que no nos fuera tan bien. Fue una locura querer hacerle frente a la segunda potencia del mundo. Vimos como Estados Unidos nos traicionó y que los países sudamericanos nos dieron la espalda, excepto Perú”. Contó que con su familia pasaron momentos muy duros y recuerda con tristeza las cartas que su hijo les mandaba desde las Islas. “Aún las conservo y en las que me contaba sobre el hambre que pasaron. En una de ellas me dice ‘papá: quedate tranquilo, que es tanto el hambre que tenemos, que si desembarcan los ingleses, los comemos crudos’. Nos pedía a la distancia, comida y más comida. Hubo una mala logística, además de mandar a soldados a pelear contra profesionales. Fue una ‘burrada’ lo que hicieron con estos chicos. Jorge era soldado dado de baja de la clase ’62 y ante este conflicto, lo convocaron y se tuvo que ir así a la guerra”. El hombre expresó que “mi hijo figura en los registros del Ejército como ‘Héroe de guerra’, debido a que sufrió heridas y fue traído a Comodoro Rivadavia. Recuerdo que viajé hasta esa ciudad y me encontré con mi hijo vivo en el Hospital Regional. Lo retiramos, pero la pesadilla no terminó, ya que los años siguientes fueron muy difíciles, pues tuvo una gran crisis psicológica. Los especialistas que lo atendieron nos aconsejaron que nos vayamos del ruido de Buenos Aires (donde estaban radicados) y llegamos a Entre Ríos, ya que mi esposa (Juana Ballejos) es de Conscripto Bernardi. Me moví con 7 hijos y mi señora para empezar una nueva vida”.

Desde ese momento, Aumassanne (p) motorizó la creación de un monumento en Colonia Avellaneda, para recordar a su hijo y a todos los combatientes de esta guerra. En base a su esfuerzo, logró erigirlo en un espacio de calle Montórfano, entre Basavilbaso y calle Jorge N. Aumassanne. Contó que como escultor decidió realizar esta obra en la que sobresale un avión Canberra que se está elevando al cielo en saludo a los caídos, el Crucero General Belgrano y un soldado argentino soportando la lluvia y el viento. “Es una humilde forma, desde Colonia Avellaneda, de homenajear a estos héroes” finalizó Aumassanne.

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