Atlético Tala llega a un nuevo año de vida

La existencia de una entidad deportiva en cualquier localidad, resulta de vital importancia para el desarrollo y crecimiento social. La herramienta que otorga para tal fin posee un gran valor, se trata de un espacio en el cual interactúan centenares de personas desde edades muy tempranas. Van formando su identidad tanto física como espiritual, debido a la relación rosario del tala clasico basquetdirecta con sus pares. Los argumentos para defender la existencia de tales instituciones, pueden rebalsar nuestros bolsillos, es por ello que asimismo deben contar con un grupo homogéneo de trabajo que mantenga con vida esas estructuras; a su vez tener el respaldo de la masa societaria y del gobierno de turno, los cuales deben ser conscientes de su correcto funcionamiento.

En esta ciudad, específicamente, se encuentra el Club Atlético Rosario del Tala, pronto a cumplir 96 años el 28 de abril. Es una de las entidades que enriquecen a la comunidad desde el deporte. Protagonista en los últimos años de la Unión Deportiva de Liga en fútbol y siempre vigente en el Torneo Federal de Básquet (al cierre jugaba por los play off), son apenas dos disciplinas de las numerosas que posee el CART.

El “Azul” es vehículo de pasiones, es lo que “padecen” sus hinchas, quienes tienen un sentimiento de pertenencia muy grande. Disfrutan de los logros, sufren como propias las caídas de los jugadores, pero acompañan constantemente el crecimiento de la institución, como debe ser.

 

Así nació: Según narra la historia en 1920, un grupo de jóvenes talenses se reunieron en un local de calle Urquiza, con el fin de formar una entidad que abarque distintas disciplinas. De esa manera le dieron forma al CART. Entre aquellos visionarios fundadores estaban Godofredo Arigós (primer presidente), Bartolomé Manfroni, Juan Carelli, Eugenio Flores, A. Maradey, José Pais, Faustino Verón y Juan Maradey. Cuentan que las primeras actividades se concretaron en el polígono de tiro local y luego en la Plaza “Gral. Racedo”, que fue cedida por el municipio. Como se carecía de sede social, en 1929 se alquiló un espacio de la Sociedad Italiana, en calle Urquiza y en 1932, bajo la presidencia del Dr. Julio Ossola, se adquirieron los derechos sobre el terreno que sería su campo de deportes. Fueron algunos breves acontecimientos de una naciente institución que hoy sigue haciéndose cada vez más grande. 

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