“Asesino invisible”: ¿Cómo evitar la intoxicación con monóxido de carbono?

Según estadísticas oficiales, en Argentina mueren entre 200 y 250 personas al año por inhalación de monóxido de carbono, calificado como el “Asesino Invisible”, ya que es imperceptible para los sentidos. Se trata de un gas muy tóxico para los humanos y los animales, provocada por la combustión incompleta de gas natural, nafta, kerosene o papel, que ingresa al organismo a través de los pulmones y desde allí, pasa a la sangre, ocupando el lugar del oxígeno. Una intoxicación leve por dicha sustancia, empieza a causar dolor de cabeza, náuseas, mareos, dificultad para concentrarse, vómitos, somnolencia y falta de coordinación, pero puede llegar a ser letal, por sus características y al tratarse de un gas incoloro, inodoro, no irritante, menos denso que el aire y que se dispersa con facilidad. Se trata de un problema de salud que se genera por el uso de artefactos de gas en estado defectuoso o bien, mal instalados, fuentes de calefacción en ambientes mal ventilados (braseros), exposición a gases de motor en ambientes cerrados e inhalación de humo en el transcurso de incendios. Los mismos pueden afectar a personas y animales, siendo especialmente susceptibles niños, embarazadas, adultos mayores, personas con enfermedades cardíacas, respiratorias o anemia y las mascotas. Tanto el tejido cerebral, como el miocardio son los más sensibles a la falta de oxígeno y de acuerdo a los datos médicos, el límite máximo de tolerancia es de 4 minutos. Sin embargo, una inhalación más leve de monóxido de carbono puede dejar secuelas neurológicas…”.

 CÓMO PREVENIR INTOXICACIONES  

Todos los artefactos domésticos que funcionen con combustible o gas, como estufas, calefones, calderas, entre otros, deben ser instalados y revisados periódicamente por personal matriculado. Además, se debe asegurar que estén libres las salidas al exterior. Las chimeneas del hogar y sus tirajes deben ser mantenidos y limpiados anualmente; cuando esté encendida la calefacción, se debe verificar que no esté impedido el ingreso de aire a la habitación. Dejar siempre abierta unos 5 centímetros una ventana o puerta cercana. Si se utilizan braseros o estufas a kerosene, prenderlos y apagarlos en un exterior y sacarlos afuera antes de acostarse. No se debe usar el horno o las hornallas de la cocina para calefaccionar el hogar; no hay que instalar calefones a gas dentro de los baños. Si ya se encuentran en esa ubicación, llamar a un gasista matriculado y reubicarlos. No dejar encendidos los motores de los vehículos en sótanos o garajes cerrados; si la llama de cualquier artefacto encendido no es de color azul, apagarlo y llamar al servicio técnico para que lo revise…”.

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