Aseguran que por tatuajes y piercings hay riesgos de contraer SIDA y Hepatitis B

El tallado de tatuajes y la colocación de piercings en distintas zonas del cuerpo, dejó de ser característica exclusiva de los jóvenes, contemplando actualmente un amplio mercado que no distingue género, edades, profesiones ni credos. El efecto que este tipo de prácticas puede llegar a tener en el organismo, fue tema de análisis en la legislatura de Entre Ríos, al punto que el 29 de mayo de 2009 se promulgó la Ley 9911, que establece las normas sanitarias básicas aplicables a los establecimientos que realizan prácticas de tatuajes, piercing, micro-pigmentación y otras similares. Al cumplirse 2 años de dicha sanción, El Observador dialogó con quien fue el impulsor del proyecto de ley, Héctor Argain, actual diputado del Frente Federal Entrerriano por el departamento Villaguay, quien evaluando la situación expresó: “Es un tema delicado, porque en los últimos años ha habido un crecimiento exponencial del hábito y costumbre de la gente de realizarse grabados o aplicaciones, que no ha sido acompañado de una regulación y control adecuado del Estado, lo cual preocupa muchísimo, porque el tatuaje y el piercing implican una agresión al cuerpo con instrumentos externos que perforan la piel, los cartílagos y huesos. Entonces esto hace que haya mucho peligro en la población respecto de contraer enfermedades como el HIV, la hepatitis B y paralelamente, puede haber complicaciones estéticas. Al producirse problemas de infección post procedimiento, la persona puede ver afectadas zonas de su organismo a las cuales es difícil llegar con antibióticos e inclusive, hasta aún resuelta la infección puedan quedar con secuelas o incapacidades, por la pérdida de un pedazo de cartílago, de la nariz o una oreja”.

El legislador provincial sostuvo que hay poca información en la población acerca de estos procedimientos y fundamentalmente de su eterna durabilidad. “El grupo social que más decide hacerse tatuajes y piercings, es el adolescente, ya sea por una cuestión cultural o porque están muy bombardeados por los medios masivos de comunicación. Entonces cuando los chicos ven en la televisión un programa de artistas musicales, boxeo o lucha, que son ámbitos donde se visualizan muchos tatuajes, el niño o adolescente se siente identificado con su ídolo, pero lo que ocurre es que todavía no tiene formada la personalidad. Con el transcurso de los años evoluciona, madura y cambia su perfil socio cultural e ideológico, pero ya no puede quitarse la figura desu cuerpo. También cuando estos jóvenes tienen que ingresar a un sistema laboral, muchas veces le genera problemas estéticos, de discriminación o de admisión y el inconveniente surge en que el menor tomó una decisión trascendental en una etapa donde no estaba totalmente maduro y el tatuaje es irreversible. Como consecuencia, aparecen conflictos psicológicos y de personalidad en quienes se arrepienten, porque realmente los afecta muchísimo”, indicó Argain.

En cuanto a las obligaciones que la ley establece para los particulares o centros estéticos que realizan tatuajes y piercings, el diputado señaló: “Se pretende que la Secretaría de Salud sea el organismo centralizador y operativo, mediante la coordinación con los municipios, para que en cada ciudad haya gente capacitada y especializada, tanto en las prácticas como en la supervisión. Debe haber un contralor de la habilitación de los locales y una certificación de que la persona encargada del mismo, posea un título habilitante para ejercer procedimientos invasivos en el cuerpo humano, ya sea de médico, cirujano, dermatólogo, enfermero o alguna de las profesiones o tecnicaturas que tienen una capacitación mínima en normas de bioseguridad, de modo que exista un responsable penal. Por otro lado, también debe ser chequeada la calidad de los instrumentos que se utilizan. Los distintos elementos metálicos que se colocan como piercings, tienen que ser con productos de calidad quirúrgica, para evitar infecciones y rechazos. Más allá de esto, un estricto cumplimiento deben tener las normas de bioseguridad e higiene y el empleo de material descartable. Asimismo, es importante que quien se va a someter, cuente con el certificado de haberse aplicado la vacuna antitetánica y que sea provisto de muy buena información, ya sea a través de quienes practican estas técnicas o por gráfica exhibida en los locales. Los menores de 18 años deben ir acompañados por el padre, tutor o como mínimo con una carta de autorización certificada para realizarse estas aplicaciones, puesto que en ocasiones un chico sale de la escuela, se va con los amigos, que lo convencen a tatuarse o colocarse aritos no convencionales y cuando lo detectan los padres ya está hecho y no hay vuelta atrás. Lo que pretendemos es que el Estado participe en esta temática, protegiendo la sociedad y regulando el sistema, para contrarestar a los ‘golondrinas’, que son aquellos que hacen tatuajes y piercings recorriendo el país. Se instalan unos días en una localidad, hacen propaganda y luego continúan su itinerario, no habiendo un responsable ante una complicación posterior”.

Respecto del mecanismo de control que surge a partir de la sanción de la ley de referencia, Argain indicó: “Se está trabajando en la confección de un mapa epidemiológico, para determinar qué efectos produce a corto, mediano y largo plazo la colocación de piercings o el tatuado. Se evaluarán los niveles de vinculación con enfermedades de transmisión sexual, infecciones comunes y secuelas, puesto que en algunos casos hay que llegar a hacer pequeñas amputaciones. Se han visto consecuencias graves por metales aplicados en la nariz, la oreja, la lengua, el ombligo y los genitales, por ejemplo, mujeres que se colocan piercings en el clítoris, lo cual es peligrosísimo. Pretendemos que haya un mapa donde tengamos un perfil sobre esta temática, para saber dónde hay que salir a prevenir y qué tipo de mensaje reproducir”.

 

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