Una reciente investigación realizada en Buenos Aires, puso sobre el tapete, la paulatina disminución de visitantes a los cementerios. Esta información está respaldada por las declaraciones de los vendedores de flores apostados en cercanías a los mismos, quienes coinciden en que desde hace varios años, las personas han ido abandonando el hábito de visitar a sus seres queridos fallecidos y que sólo las personas de más edad, son quienes en mayor número se acercan a las necrópolis, situación que se da también en otras ciudades del mundo.

En Crespo, la realidad no es muy dispar a lo que ocurre en otras partes del país. Oscar Folmer, encargado del Cementerio Católico, comentó a El Observador que “las personas mayores que tienen sus familiares en este lugar vienen a recordarlos, pero está ausente la juventud. Hace 3 años que estoy trabajando en el cementerio y pero lo que veo, es más la gente grande la que viene. Los chicos vienen en caso de la inhumación de una persona joven…”.

– En cuanto al mantenimiento de las tumbas o nichos: ¿Los familiares se hacen cargo o hay descuidos también?

– Se puede ver que hay tumbas en estado de abandono, con flores desparramadas, como que los familiares no vienen muy seguido… Eso se va dando por el paso del tiempo. Cuando sucede la pérdida de una persona, el familiar acude seguido en los primeros años. Pero poco a poco empiezan a alejarse y a abandonar el cuidado de las tumbas… parece que es parte de la vida… Generalmente no se ve que se siguen visitando a los abuelos y tatarabuelos, por ejemplo. Como que en algún momento el duelo se corta y el vínculo también…