Apicultores festejan su día, luchando contra el clima, bajos precios y falta de mercados

apicultoresPor medio de una ley provincial, sancionada en 1985, se instauró el 5 de junio como el Día del Apicultor en Entre Ríos, en reconocimiento a quienes se dedican a la crianza de abejas. En Entre Ríos, hay más de 4.000 apicultores, en su mayoría, pequeños y medianos, con un promedio de 300 a 500 colmenas por cada uno de ellos. Pero en el total, está entre las principales provincias productoras del país, generando miles de puestos de empleo, de manera directa e indirecta.

Debido al poco consumo interno, la miel que se produce en el país, mayormente ha sido exportada en los últimos años, lo que le permitió a Argentina posicionarse como uno de los principales generadores del producto a nivel mundial. No obstante, hoy faltan mercados y sobra miel, tanto que aún quedan miles de toneladas en stock de la campaña anterior, lo que empuja los precios hacia valores irrisorios, aseguran apicultores que fueron consultados por este medio.

 

Altamirano: “Es un año difícil”

 

En diálogo con El Observador, la directora de Producciones Pecuarias Alternativas de Entre Ríos, Noemí Altamirano, habló del presente y futuro del sector y consideró que se está atravesando una campaña con dificultades. “Ni bien comenzó esta nueva gestión de gobierno, que encabeza el Cont. Gustavo Bordet, nos encontramos con una difícil realidad, por la crecida de los ríos. Desde diciembre nos abocamos a eso, tratando de asistir a los productores afectados por este fenómeno. Se establecieron algunos beneficios para los departamentos de ambas costas, se tramitó un aporte económico en Nación y cuando estábamos en esas gestiones, llegó el problema climático de abril, con abundantes lluvias y desbordes de arroyos, por lo que se generan nuevos decretos de ampliación de la emergencia hídrica, hacia una emergencia climática. Por lo pronto, se firmó un convenio, hace ya un mes con el gobierno nacional, pero todavía no ha llegado el dinero previsto, que los productores los están esperando muy ansiosos, porque es de mucha necesidad para ellos. No solo que a algunos de ellos, el agua les llevó las colmenas o el material, sino que este fenómeno también afectó la productividad, en plena etapa de cosecha”.

Sobre la cantidad de afectados, la funcionaria dijo que “a eso, se terminará de relevar el 6 de junio, cuando venza el plazo para las presentaciones que se deben hacer para acogerse a la Emergencia. En la primera etapa, por las inundaciones, se presentaron 352 productores de las dos costas y para este segundo fenómeno, se estima que serán más de 1.000”.

La funcionaria, al opinar de las perspectivas del sector, no dudó en afirmar que “es un año difícil, ya que se terminó el periodo de cosecha y coincide con este desastre que nos ha ocurrido en la provincia. Lo que sí podemos decir es que desde diciembre, el gobierno ha estado presente, tratando de ayudar con todo lo que está a nuestro alcance y gestionamos de manera permanente para que cuanto antes, vengan los aportes nacionales mencionados”.

 

Contra la ilegalidad

 

Altamirano comentó que “desde el año pasado, venimos trabajando en una Mesa Técnica, con aportes del SENASA y el INTA y otros organismos, en 2 ó 3 líneas de acción que son importantes para el sector. En la provincia vamos a seguir trabajando en un plan sanitario donde se releven no solo la varroa, sino otras enfermedades que pueden estar afectando. En ese marco, queremos fortalecer institucionalmente a nuestro laboratorio, para el análisis de las muestras, prestando un servicio a los productores en cuanto al análisis de sus mieles, cumpliendo con las normas que nos delega la Nación”. La funcionaria agregó que “hay otra gran línea de trabajo, con respecto a la comercialización, ver qué problemáticas están teniendo los productores para vender su miel, que es un problema grave que tienen en este momento. Se necesitan herramientas de financiamiento, para que puedan exportar directamente a través de sus cooperativas y en ese sentido, estamos trabajando con Nación”.

Por otro lado, Altamirano señaló que se requiere reforzar el mercado interno, “que está pendiente de desarrollo. El gobierno provincial tiene sus mecanismos para lograrlo, buscando favorecer el consumo de miel. En ese objetivo, se trabajará de manera coordinada con la Dirección de Comercio Interior, apoyando el ‘compre local’. Por otro lado, con el aporte del Instituto de Control de Alimentos, se buscará que las empresas que fraccionen miel en el mercado interno, salgan con las mismas habilitaciones como si fueran a vender en el contexto internacional. Todo aquel que fracciona está sometido a un proceso de manipulación y de control bromatológico, que son pasos obligatorios para vender el producto, que como otros que se elaboran, por más humilde que sea el emprendimiento, tiene que estar bajo las normas exigidas, porque es un alimento. Muchas veces nos encontramos que se venden sin etiqueta, sin habilitaciones, sin número de establecimiento… El que cumple con todas las habilitaciones paga sus aranceles para inscribirse, pasa por todos los controles y debe haber igualdad. En eso queremos tomar la posta. Hay una habilitación provincial a la que pueden adaptarse los productores que quieran fraccionar y este es un tema que está abordando el Consejo Apícola Provincial, pero también debe haber un compromiso de los productores, que tienen que cumplir con esas reglas y de los comerciantes, que no deben recibir productos que por adquirirlos un poco más barato, no tienen etiquetas y compran cualquier cosa”.

 

“Un oscuro panorama”

 

En una reciente visita a El Observador, el dirigente y apicultor crespense Oscar Pretz, dijo que “la situación del sector es muy crítica” y afirmó que “los productores están muy complicados”.

“En esta zona, en general hemos tenido un buen promedio de cosecha, pero los precios han caído. Nos pagan entre $ 14 y $ 15 el kilo de miel y si a eso le descontamos el costo del tambor vacío, que lo perdemos, estamos hablando de $ 12. Con esos valores, es imposible trabajar, no hay números que cierren, más allá de que uno trata de achicar costos por todos lados. Lo lamentable es que no hay perspectivas de mejoras” consideró.

Por su parte, Julio Fontan de la Compañía Inversora Platense SA, uno de los exportadores de miel en Argentina, indicó que al panorama “lo veo oscuro y no vislumbro una salida rápida. Hace 20 años que me dedico a esto y es el momento más complicado de estas últimas 2 décadas para la actividad, desde el plano comercial. Nunca he visto que hubiera más oferta que demanda. Tiempo atrás, te la sacaban de las manos y ahora no sabemos dónde venderla”.

El empresario manifestó que la última cosecha fue buena, con unas 60.000 toneladas a nivel nacional, “pero a eso debemos sumarle las 20.000 que quedaron de la temporada pasada. Tenemos cerca de 80.000 Tn, pero no tenemos lugares para venderla”.

En el mercado internacional “están especulando con los stocks y esperan incluso que los valores bajen más. Ya todos preferimos no vender para no hacer un desastre mayor. Está a 1.700/1.800 dólares la tonelada, cuando un año atrás pagaban 4.000. El precio es muy bajo para el apicultor, eso puede generar que desaparezcan varios y haya menos oferta”.

En diálogo con “Portal Apícola”, Fontan destacó que “estamos atravesando un grave problema en cuanto a los costos también, porque los precios se fueron por las nubes, como por ejemplo en lo relacionado a los fletes. Hoy te sale más caro mandar un limón a Buenos Aires que a Europa” ejemplificó.

Por último, el exportador enfatizó que “me gustaría decir que esto pasará pronto, pero la realidad es que actualmente veo todo bastante negro”, aunque aclaró que “la miel argentina sigue siendo valiosa y en algún momento habrá un efecto rebote. Un precio lógico sería entre 27 y 30 pesos aproximadamente por kilo. Los valores actuales, con los costos que tenemos en nuestro país, hoy no alcanzan para nada”.

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