Ana María, Margarita y Lorena Huck, hablan sobre su vida familiar

Estuvo esta semana en el “Centro Periodístico de Entre Ríos”Ana María Huck, quien nació en Buenos Aires en 1946, vivió en Austria, Estados Unidos, México y España, donde está radicada desde 1969. Trabajó en reconocidos medios de comunicación a nivel mundial como la Televisión Española (TVE), ha dirigido y organizado conferencias internacionales, directora de revistas y entidades sociales y religiosas de importancia y entre otras actividades, coordinó en ese país el “Proyecto Ana”, un movimiento patrocinado por Radio Transmundial. Acompañada por su hermana Margarita Huck (casada con el Pastor Antonio Penella de la “Iglesia Comunidad Cristiana” de Crespo), que tiene también una activa participación en el campo social y espiritual, dialogaron con El Observador y el programa “Fernando Huck Reportajes” de Canal 6 ERTV, entrevista en la que también participó la Dra. Lorena Vanina Huck de Roth.

– Ana, después de un tiempo, nuevamente por Argentina…

– (Ana) Sí, feliz de estar en Crespo y de tomar contacto con la familia, que para mí es lo más importante. Es realmente lo que me da vida. Estamos todos tan lejos y aunque las plataformas nos unen y nos ayudan a comunicarnos, tener ese contacto personal con nuestros seres queridos, es único…  

– Tu familia está conformada por tus 3 hijos, 6 nietos…

– (Ana) Sí. Uno de mis hijos vive desde hace 10 años en Paraguay (tiene 4 hijos); una hija en EEUU (con 2 hijos) y la menor, que vive conmigo en España. No es fácil tener a los hijos y nietos tan distantes. Por eso no entiendo cómo las familias que viven cerca, no se aprecian más, no se visitan más seguido. Gracias a los medios de comunicación, tengo contacto todos los días con mis hijos… Me casé a los 18 años y me fui vivir a Estados Unidos, porque le dieron una beca a Virgilio para estudiar Teología, en Dallas… Estuvimos casi 5 años allí y después tuvimos varias ofertas para volver a Argentina y a otros países, pero nos decidimos por España. De repente supe que tenía que estar allí, porque nuestros padres tenían tal amor por ese país y nos quedó una “espinita en el corazón”, porque fueron “echados” en su momento por el régimen del dictador Francisco Franco, por predicar el Evangelio en este país, cuando solo estaba permitida la religión católica. Habernos podido radicar en España y servir a Dios, fue como un círculo que se cerró. Nuestros padres siempre fueron muy comprometidos con su fe y muy consecuentes. Nuestra casa siempre estaba llena de gente, algo que nos nutrió mucho en nuestra infancia, ver como pasaban misioneros por nuestra casa, convivíamos con eso… Mi esposo Virgilio fue director de la Sociedad Bíblica, que se encargaba de distribuir y fomentar la lectura de la Biblia… Yo colaboré 12 años coordinando programas de evangelización; estuve 8 años en programas de la Televisión Española. Hablábamos de la comunidad judía, musulmana y protestante evangélica… Fue importante, porque la fe dominante en aquella época era la católica romana, que es la tradicional en ese país. Recorrimos además muchos países, en Israel, Rusia, Hungría, Tailandia, Filipinas… Nos invitaban a muchos congresos y allí estábamos…  

– Yo he contado en varias ocasiones que nuestro padre Ricardo dejó de ser diplomático para ser pastor y misionero. Además del trabajo de Ana María; nuestra hermana Mónica se fue a Paraguay y fundó un colegio, donde adoptó más de 50 niños; “Marga” también ha desarrollado un trabajo social y espiritual muy grande junto a tu esposo el Pr. Antonio Penella… 

– (Margarita) Sí. Mónica, además de sus 2 hijos propios, trajo a su hogar y los adoptó como hijos del corazón un total de 54 chicos… Llegó a tener de 10 a 12 cunas en una misma pieza, bebitos de 10 a 12 meses…    

– Después de vivir en Israel, llegaste a Argentina, te casaste con Antonio (Tony), maestro mayor de obras que después terminó estudiando para ser pastor y que hoy dirige la “Iglesia Comunidad Cristiana” de Crespo, que fue fundada por nuestro padre en la década del ‘80…

– (Margarita) Sí, pero no solo trabajamos en Crespo, sino también atendemos grupos en la periferia y en otras ciudades, como Cerrito, Paraná, Sauce de Luna, La Paz…

– Las 3 hermanas de la familia se casaron con pastores y nuestro hermano menor, el Dr. Jorge Huck, médico pediatra que está en Rosario, también ha hecho mucho por niños en barrios carenciados… En el caso de Ana María es bueno recalcar que ha estado en varias revistas de circulación mundial y que ha hecho de su profesión el servicio al prójimo. Y “Marga” también siempre que hay un problema, está ayudando a la gente necesitada…

– (Ana María) Siempre destaco lo importante que es construir familias. Algunos pueden decir que tuvieron padres que les han ayudado a encaminarse, a formarse con un fundamento cristiano, bíblico… Pero hay quienes no están en esa situación y dicen, “parece que a todos les va bien, que todos son felices, que todos son perfectos…”. Pero cada uno tiene su lucha, cada uno tiene sus debilidades y fortalezas. Quien busca realmente el plan para su vida, para su familia, tiene que seguir el plan que Dios nos da. A cada uno nos tiene muy presentes. Ahí está el Señor que quiere sanar, cambiar y que puede transformar las vidas. Por eso, qué importante es conocer a Dios de primera mano. Él nos ama y quiere familias fuertes, porque la sociedad necesita urgente familias así, más unidas, que tengan valores y que aunque tengan diferentes opiniones, puedan hablarse con amor…

– (Margarita) Quisiera recordar que no solo somos 5 hermanos, sino que mamá y papá albergaron en su corazón a 3 hermanas huérfanas (Amelia, Marisa y Liliana Chaves), que vinieron a vivir en nuestra casa y que son parte también de nuestra familia…

– (Lorena) Es importante la reflexión de Ana, sobre la importancia de la  familia, porque sabemos que Satanás vino a matar, robar y destruir…. Y una de las cosas que uno ve en el día a día, es cómo quiere destruir a la familia… Quiero recordar de mi abuela ‘Mutti’, siempre decía: “A los que aman a Dios, todas las cosas conforman a bien y en su propósito son llamados”. Es importante ser hijos de Dios… y aún en las dificultades, en los momentos de luchas, de pruebas, qué lindo es contar con una familia, con una Iglesia, con una comunidad. En mi caso, desde que me vine parcialmente a vivir a Crespo, estoy participando de ‘Iglesia Comunidad Cristiana’, donde veo a mis hijos tan integrados con los grupos de jóvenes, cómo disfrutan esas reuniones y cómo desde chicos crecen con esos valores y esas convicciones tan claras acerca de lo que es buscar la Santidad…  

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