Alimentación eficiente: Clave para ahorrar hasta $ 120.000 al año

Los sistemas ganaderos experimentaron una fuerte evolución, en los últimos años, de la mano de la adopción de tecnologías de insumos en la alimentación. Este paquete, advierten los especialistas, requiere estar acompañado de tecnología de proceso que permita darle un aprovechamiento eficiente y el menor costo operativo posible.

Federico Sánchez, especialista en forrajes conservados del INTA, expresó que “las raciones son la variable de mayor impacto en la rentabilidad del negocio, representando cerca del 65% de los costos totales de producción, tanto en modelos intensivos como en semi-pastoriles”. De allí la importancia de adoptar tecnologías que permitan un aprovechamiento eficiente para lograr preparar y suministrar una ración balanceada y homogénea con el menor costo operativo posible.

Para evitar los “costos ocultos”, Sánchez recomendó no superar los 30 minutos para realizar todo el proceso de alimentación, que incluye la extracción, carga, mezclado y suministro de la ración en los comederos. Y fue más allá al asegurar que “reducir 10 minutos este proceso implica una ganancia de hasta $ 120.000 al año, si se consideran seis mezclas y entregas al día”.

En este sentido, Gastón Urrets Zavalía (técnico de la misma institución) recomendó “rever” el sistema de alimentación con el que opera el establecimiento y pensar si la manera de almacenar los ingredientes, de extraerlos y cargarlos en el mixer, la distribución y suministro que hacemos a los rodeos es la más eficiente, para lo cual consideró “fundamental” la planificación: “La clave está en organizar las cosas de tal manera que la ración que planifica el nutricionista y que escribimos en el papel para preparar el mixer, sea lo más parecido posible a lo que termina comiendo el animal y con el menor costo posible”.

“Hay que entender que este sistema es rutinario y todos los días se debe hacer exactamente lo mismo para que se vean los resultados en la producción”, subrayó Sánchez. En referencia a los errores más comunes de los productores, destacó que las ineficiencias se concentran, principalmente, en malas prácticas de almacenaje de henos y silos, mal manejo de los forrajes al momento de la extracción, incorrecto orden de carga de los distintos ingredientes y problemas de sobremezclado.

Además, identificó “la falta de planificación en la ubicación de los distintos forrajes y la utilización de lugares improvisados, en ocasiones muy distantes del lugar donde se produce la carga del mixer, como así también las largas distancias entre el patio de comidas y los comederos”.

Sánchez agregó que “los centros de alimentación deben contar con dos sectores: uno de almacenamiento y otro de carga. Para el primero, sugirió ubicar los ingredientes en un lugar alto y de fácil acceso, con electricidad y capacidad de brindar energía a distintos equipos”.

En este sentido, subrayó la importancia de esquematizar la ubicación de los forrajes conservados en silos aéreos o silos bolsas: “Es recomendable no agrupar todos los silajes de un mismo cultivo, sino hacer baterías agrupando las bolsas de los distintos ingredientes”.

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