Alcaraz: La Asociación Niños Felices y su rol clave en la sociedad

La Asociación “Niños Felices” de Alcaraz, comenzó a funcionar el 7 de septiembre de 2016, precisamente dos años de existencia de una entidad que muestra los frutos de su trabajo en chicos que deben afrontar diversos inconvenientes. Incluso hace pocas semanas, sus autoridades recibieron de manos del gobernador Gustavo Bordet y de la ministra de Desarrollo Social de la provincia, Laura Stratta, la Personería Jurídica.

Marita Cerdán, subsecretaria del Área de Discapacidad del municipio, dialogó con El Observador sobre el funcionamiento y las particularidades que la rodean.

– ¿Cómo surgió la Asociación y cuál es su finalidad?

– Surgió a través de la creación del Área Municipal de Discapacidad. En una visita de autoridades de Desarrollo Social me comentaron sobre el tema, me lo ofrecieron y me pareció una idea brillante. Estamos en un pueblo con diferentes problemáticas sociales y esto es una forma de ayudar a la sociedad, sobre todo al sector más vulnerable.

– ¿Qué profesionales trabajan?

– La Asociación está ubicada en Av. 9 de Julio, frente a la plaza principal, donde prestan servicios tres profesionales: fonoaudióloga, psicóloga y psicopedagoga, quienes hacen atención gratuita a los chicos en edad escolar de 3 a 14 años. La demanda es mucha y tenemos chicos en lista de espera. Esto sin contar los innumerables llamados telefónicos que tenemos de localidades vecinas porque no hay esas especialidades y menos gratis. Tratamos de trabajar en conjunto con la escuela y el colegio, tenemos un promedio de 8 a 12 chicos por día de cada especialidad, con excelentes resultados. En lo que respecta a Psicopedagogía que es la ayuda escolar que tanto se necesitaba, desde septiembre de 2016 hasta ahora, hemos dado un promedio de 14 chicos de alta, siempre con el acompañamiento correspondiente.

– ¿Cómo se autosustenta la entidad?

– La Asociación tiene un promedio de 40 socios con una cuota voluntaria de $50 para arriba. Los honorarios de los profesionales se abonan mediante un porcentaje desde la municipalidad y con las cuotas y cuando no alcanza yo colaboro porque es una forma de agradecer a Dios y a la vida porque tengo una nena con hipoacusia con implante coclear. Durante 5 años hice 350km por semana para su terapia en Bovril, María Grande y Paraná. En septiembre de 2015 de 5 terapias por semana me la bajaron a 3. Siempre fue una cuenta pendiente y decía que el día que pudiera ocuparme de esos chicos lo haría. En la escuela veía muchos casos de niños que necesitaban y hoy tienen esa posibilidad. Los resultados son positivos, pero lleva su tiempo. Cuando aparecen, es realmente gratificante. Ver esa evolución en el pequeño, te pone muy feliz. Son las pequeñas cosas que nos hacen ver que no todo está perdido.

– ¿Qué gestiones se efectúan para seguir mejorando?

– Una de las cosas que están a punto de lograrse es que reabra sus puertas de manera definitiva un aula integradora que teníamos en la escuela. Existía pero cerró, en teoría porque no estaba cubierta. Son chicos que quedan a la deriva y es la única posibilidad que tienen para acceder a un mundo exterior, entonces se decidió mediante la municipalidad y el Consejo General de Educación, abrir un Centro de Educación. Están faltando los muebles y la firma del convenio. Trabajarían dos maestras de aula, los chicos tendrán talleres y demás. Está todo elaborado, solo resta darle un marco central. En este sentido hay que resaltar el respaldo del municipio, porque si hay algo que destacar es la ayuda del intendente (Darío Pfennig), el apoyo económico y moral. Siempre nos alienta a seguir y hacer lo que más se pueda.

 

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