Alarma en productores por la falta de lluvias en Crespo y la región

Las lluvias siguen siendo muy esquivas en Crespo y zona. El jueves 19, se pronosticaron precipitaciones con rangos de entre 20 y 25 mm, pero el registro marcó solamente 5. Para este lunes 23 y martes 24 nuevamente se anunciaban lluvias, pero en Crespo, no alcanzó ni al milímetro. Esta situación viene generando gran preocupación en los sectores productivos, especialmente por los rindes del trigo y por la necesidad de agua para las siembras de “gruesa”.

La presidente de la filial local de la “Federación Agraria Argentina”, Mariela Gallinger, en diálogo con Canal 6 ERTV, dijo: “Las precipitaciones fueron muy escasas, lo que hace que los cultivos no puedan desarrollarse normalmente. Uno puede aplicar la última tecnología en el campo, pero al no tener las lluvias necesarias, el panorama se complica. Analizando el mapa entrerriano, hay un sector marcado ya como sequía y otros, en condición de regular a mal. Hay solo pequeños espacios que tienen una condición más o menos favorable en ese sentido. Ya son prácticamente 3 años de falta de precipitaciones y eso se está empezando a notar en el desarrollo económico. El productor va a necesitar financiamiento, para seguir trabajando. No quiere nada regalado, pero necesita créditos para continuar en la actividad…”.

“Teniendo en cuenta cómo está cambiando el clima, así como se tiene un tractor, la cosechadora, se empezó a pensar en tener también equipos de riego, que es una de las salidas a estas sequías. Mientras tanto, lo que hay que replantear es cómo seguir y cómo cuidar al productor económicamente. Somos uno de los pocos países que no tenemos una cobertura integral. Este martes, en Chajarí y Villa del Rosario, se registró una fuerte caída de granizo que dejó importantes daños en el sector citrícola”.

OPINA EXPERTO EN CLIMA

Los productores deberán adaptarse a precipitaciones que cada vez respeten menos los ciclos típicos estacionales, expresó el climatólogo Alfredo Elorriaga, quien explicó que una de las principales causas de estas situaciones son los cambios que se están produciendo en el Amazonas, que impactan directamente en el nivel de precipitaciones que recibe nuestro país. Detalló que en los últimos 20 años, Brasil perdió por incendios y desforestación, 28 millones de hectáreas de bosques primarios y ante este escenario, plantea que los regímenes de lluvias para Argentina se verán cada vez más diferentes respecto a años y décadas anteriores, por lo que no serán tan fiables las estadísticas climáticas para marcar comportamientos futuros.

“No es la primera vez que destacamos la importancia que tiene la humedad que viene de allí para el clima de Argentina. La desforestación del Amazonas está debilitando este aporte, más de lo que pensamos. Lo empezamos a notar porque cada vez es más recurrente la situación de falta de agua. La humedad que proviene de allí, es la columna vertebral de las lluvias que se desarrollan en la región pampeana. A esa humedad se le suma o se le resta la proveniente de forzantes disruptivos como los de escala planetaria, “Niña o Niño” y Atlántico y los de escala regional, centros de alta o baja presión, etc. Esa humedad llega incluso hasta el sur de Buenos Aires, dónde el límite lo pone la circulación fría patagónica”.

Las estadísticas de los últimos 30 a 60 años tienen en cuenta un flujo casi estable de la humedad recibida del Amazonas en ese período. Ante el nuevo escenario de lo que viene sucediendo en el país vecino en los últimos años, Elorriaga, en diálogo con Todo Agro, dijo que “si empezamos a considerar que ese flujo podría estar mermando, probablemente sea más difícil explicar el comportamiento pluvial con esas estadísticas y de ahí que aparecen situaciones anómalas. Un claro ejemplo es que se han alterado los calendarios de siembra y Argentina pasó a tener una gran dependencia del maíz tardío”. El profesional advierte que en este contexto, la agricultura argentina estará ante un gran desafío, que es adaptarse a lo que podría constituirse en un cambio estructural del régimen pluvial. “Esto es adaptarse a precipitaciones que cada vez respeten menos los ciclos típicos estacionales y a menores ventanas de humedad en momentos claves para los cultivos, como son la siembra y los períodos definitorios de rinde”.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la política de privacidad y los términos de servicio de Google.