Adelantos tecnológicos: Nuevos satélites argentinos brindarán más servicios al agro

1519 satelites campo 2En 2017, Argentina pondrá en órbita dos satélites de observación que permitirán proveer información para la toma de decisiones en el agro, más allá de las condiciones meteorológicas. Equipados con microondas, servirán para medir la humedad en el suelo, mejorar las estrategias de fertilización y las decisiones ante la aparición de enfermedades. Además, los nuevos satélites posibilitarán alertar sobre potenciales inundaciones.

Se trata de la “Misión SAOCOM” (Satélites Argentinos de Observación con Microondas), impulsada por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, junto con el INTA, que le permitirá a los productores, acceder a nuevos servicios online. Al respecto, Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA, destacó que con estas acciones se generan oportunidades de usos de nuevos datos, con grandes ventajas. “Esta misión tiene mucho que ver con el sector agropecuario, porque va a generar información muy importante para tomar decisiones de manejo en los cultivos y hacer una buena gestión del riesgo, tanto para los productores como para las instituciones gubernamentales”, señaló.

El proyecto comprende la construcción de dos satélites que serán lanzados por Argentina en 2017 y 2018, respectivamente. Ambos se integrarán al sistema de Satélites para la Gestión de Emergencias, un constelación que comprende en total 6 que, por primera vez, van a ofrecer información bi-banda: dos SAOCOM argentinos equipados con sistemas de radar en banda L y 4 COSMO-SKYMED italianos, con sistemas de radar en banda X.

Fernando Hisas, gerente de Proyectos de la CONAE, explicó este proyecto “es uno de los desarrollos tecnológicos de punta más importante que se encararon en el país a escala internacional, que suma el trabajo de todo el sistema científico y tecnológico nacional”. El objetivo principal es proveer información con cobertura global cada 8 días, independientemente de las condiciones meteorológicas y de la hora del día, debido a que no necesitan de la iluminación solar para operar y tampoco son afectados por la presencia de nubes, niebla o lluvia, a diferencia de las cámaras ópticas.

La investigadora Laura Frulla explicó que “se pueden usar como herramientas para realizar estadísticas de campaña o planificar estrategias productivas en todos los cultivos, monitorear enfermedades o el vigor de la vegetación e identificar áreas afectadas por una inundación, una sequía y, además, se pueden elaborar mapas de salinidad en el agua y en la tierra”. Asimismo, el uso de estos radares es muy amplio y se extiende al monitoreo de humedales, zonas forestadas y desforestadas, áreas afectadas por incendios y permiten hacer un seguimiento de glaciares o planificar el crecimiento y evolución de espacios urbanos, entre otros aspectos.

El sistema simula el crecimiento y desarrollo de los cultivos en interacción con el ambiente, asimila la humedad del suelo y permite evaluar estrategias de manejo y fertilización. Con la información climática y de suelos almacenadas se generan perfiles de humedad modelados y escenarios comparativos de rinde, que considera las diferentes estrategias de manejo propuestas por el productor mediante una página web.

Mercuri acotó que la principal ventaja de los satélites con radar de microondas está en la posibilidad de medir el agua en el suelo. De ahí surgen las aplicaciones orientadas a generar software útiles para asistir a los productores en el manejo eficiente de la fertilización y de las enfermedades fúngicas.

 

La iniciativa también apunta a capacitar a los productores, asesores técnicos y otros usuarios de tecnología satelital. “Debido a que están muy acostumbrados   lizar imágenes ópticas, el uso de las nuevas imágenes de microondas demandará de capacitación para interpretarlas”, dijo Frulla.

“El agricultor desde una computadora podrá ingresar datos relacionados con distintos escenarios de rinde, coordenadas geográficas, genética de los cultivos y el período de interés; con esto, el sistema genera resultados con gráficos para analizar y decidir si corresponde fertilizar y bajo qué estrategia, con estimaciones de rinde y de humedad del suelo hasta dos metros de profundidad”, detalló Frulla.

En cuanto al monitoreo y manejo de enfermedades, Mercuri advirtió que para 2018, la Comunidad Europea aumentaría la exigencia de aceptación para importar granos afectados con fusarium y la micotoxina asociada al hongo. En este contexto, las imágenes satelitales permitirían mostrar con precisión las zonas afectadas para fumigar inmediatamente. “Conocer la duración de mojado de las espigas en períodos susceptibles para la infección, también puede servir para el manejo de las enfermedades fúngicas, como el fusarium”, dijo el profesional.

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