21 de septiembre: Una fecha para valorar la salud mental

salud“El nombre de la enfermedad de Alzheimer proviene de Alois Alzheimer, un neurólogo alemán que en 1907 describió los síntomas que presentaba una mujer de 48 años, que para la época era ya anciana, como graves problemas de memoria. ¿Cuáles son los pensamientos que surgen al ver a padres o abuelos ante la difícil situación de enfrentar los síntomas de pérdida de memoria, o demencia senil derivando en el Alzheimer? Un video que aprecié en los medios, muestra a una madre de 87 años, que padece este trastorno. Tristemente, en muchas ocasiones se le olvida quién es su hija. Pero en este enternecedor video, la señora recuerda quién es ella y que su nombre es Kelly, al grado de decir que la ama. Con una voz algo apagada pero con ánimo, la madre expresa que siempre que tiene miedo por alguna situación, los pensamientos se le desvanecen, no acordándose qué era lo que quería decir o hacer. Pero lo interesante es que, mientras que sintiendo el amor por esa hija, sus pensamientos se ordenan y recuerda las cosas. Esta experiencia por la cual pasó esta señora nos muestra que el Amor divino puede restaurar y volver a conectarnos con la vida. El Amor rescata el deseo de vivir y el deseo de estar sanos. Con la ancianidad generalmente viene la inactividad, por eso es muy saludable que cada uno se plantee la posibilidad de seguir activo, tal vez desarrollándose en otra vocación que le guste, o en algún hobby. Estar activo, vigente y con ansias de vivir y progresar, aunque se tenga cronológicamente 80 años o más, contribuye a la constante satisfacción y felicidad. Vivir en lugar de lamentarse, amar en lugar de mostrar un ceño fruncido y molesto y experimentar nuevas vivencias y proyectos es una forma de mantener la salud y el bienestar. El amor incondicional y la dedicación hacen mucho por todos los involucrados en esa situación, de una manera u otra. Cuando tenemos en cuenta la Regla de Oro: ‘Hacer a los demás lo que quieres que te hagan a ti’ y la ponemos en práctica cuando cuidamos a estas personas, comprobamos la satisfacción de hacer el bien y expresar amor. Si las cuidamos con caricias y sincera paciencia, comprobamos que ese lenguaje nos mantiene muy cerca de ellas y, naturalmente, ellas responden favorablemente, como fue el caso de la madre de Kelly Gunderson”. (Elizabeth Santangelo, Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana, en Argentina, email: [email protected], Facebook: Elizabeth Santangelo de Gastaldi)