2 de abril: Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo

Hombres, mujeres, niños y niñas con discapacidad, entre ellos las personas con autismo, forman parte de los grupos más marginados y olvidados en todas las sociedades y, debido a su condición, enfrentan cotidianamente barreras políticas, económicas, sociales y culturales que impiden su libre desarrollo en sociedad.

Gran parte de esas barreras están vinculadas con la desinformación sobre las características de las diversas discapacidades que en muchos casos lleva a desarrollar prejuicios y a imponer el diseño de una sociedad pensada para personas sin discapacidad.

Debido a esos prejuicios las personas con autismo tienen que enfrentar situaciones de discriminación que menoscaban su dignidad y limitan su participación, así como el goce pleno de derechos y libertades en condiciones de igualdad con los demás, entre ellos, el derecho a la educación.

Por esta razón, la decisión adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, de conmemorar el 2 de abril como el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, debe servir para generar espacios de reflexión, incluso a nivel familiar, sobre la situación de las personas con autismo.

Es necesario impulsar medidas como el diagnóstico temprano y correcto del autismo, la información clara a la ciudadanía respecto a los alcances del espectro autista, el ofrecimiento de terapias de calidad en igualdad de condiciones para todos/as, la formación e inserción laboral, el apoyo a las familias en lo referente a viviendas y programas de recreación, así como programas de individualización de apoyo para la escolarización.

Es importante recordar que cuando nos referimos al autismo, no hablamos de una enfermedad o trastorno que afecte a un sector determinado de la sociedad, sino de la condición que puede presentar una persona sin distinción de raza, sexo o situación socioeconómica. No presenta un solo diagnóstico y en la actualidad se reconoce la existencia de todo un espectro, llamado Trastorno del Espectro Autista (TEA), que va desde formas severas de autismo, denominadas Autismo de Bajo Funcionamiento (con ausencia de habilidades lingüísticas, dificultades a nivel cognitivo y un cuadro de discapacidad), hasta formas leves conocidas como Autismo de Alto Funcionamiento (con alto rendimiento de las habilidades lingüísticas, desarrollo cognitivo normal o superior y ausencia de discapacidades).

Todos debemos contribuir a la creación de un mundo inclusivo, que garantice una mirada de respeto y valoración de las diferencias, un  mundo más cercano y solidario hacia las personas con autismo, evitando conductas discriminatorias y denunciándolas cuando estemos ante ellas”.

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