¿Puede la falta de espiritualidad afectar a nuestra salud?

El cuerpo, la mente y el espíritu están conectados y el bienestar comienza en el conocimiento de sí mismo

 El concepto de salud engloba varios factores y condicionantes: alimentación, estado físico, salud mental y también (por qué no) espiritualidad. Muchos se preguntaran cómo se relaciona la espiritualidad con la salud y seguramente la mayoría no lo sepa con seguridad. Sin embargo, parece ser que el cuerpo, la mente y el espíritu están conectados. El estado de cualquiera de estos elementos parece afectar la salud de los demás. Algunas investigaciones muestran cómo las creencias positivas, el alivio y la fuerza que da la religión, meditación y el rezo, pueden contribuir a la curación y a un sentido de bienestar.

La relación entre espiritualidad y salud comienza por la calidad de nuestros pensamientos. Al estar dormidos no nos damos cuenta, cómo la mente tiende su red y reproduce pensamientos negativos, vislumbrados a veces en forma de pesadillas. Muy sutilmente estas ideas quedan latentes, aún al despertarnos y comienzan a generar temores o sensaciones que no favorecen a la psiquis y es muy probable que luego estas afecciones repercutan en el funcionamiento del organismo.

Muchas veces las personas buscan encontrar el bienestar afuera de sí mismos, dejando de lado sus sentimientos, sus afectos, pero numerosos estudios han llegado a la conclusión de que practicando una determinada creencia y poniendo la esperanza y fe en un ideal, el hombre llega a encontrar su verdadera identidad. Justamente su espiritualidad es el más completo estado que puede alcanzar.

Respecto a este tema, la difusora de la Ciencia Cristiana, Elizabeth Santángelo de Gastaldi, cuya sede se encuentra en Rosario, señaló a El Observador: “En la actualidad, la institución cuenta con más de 2.000 filiales en 74 países y se brindan servicios religiosos en todo el mundo, traducidos en 18 idiomas, con la finalidad de orientar a las personas a encontrar su propia paz. El objetivo es estudiar de qué manera poniendo en práctica las enseñanzas básicas del cristianismo, se puede acrecentar la armonía personal, mejorando la salud, pero sobre todo no sólo recurriendo a ella para alcanzar una curación física, sino incorporando hábitos que nos lleven a cambiar el carácter, entre otras cosas. Quienes experimentan esta tranquilidad interna y de fe, se sienten como nuevos individuos, mejoran su relación con los demás, afianzan el trato familiar, se alejan del mal humor y se despojan de los malos modales, tan comunes por estos días. Es fundamental estar bien desde lo espiritual, para luego estarlo en lo psíquico y en lo físico. Lo imprescindible es buscar en el interior lo que puede estar afectándonos, puesto que luego se manifiesta con síntomas de todo tipo y no permiten una armoniosa relación de la persona con el entorno y el medio en el que vive. Es interesante analizar, cómo en el ámbito de la medicina se viene considerando cada vez más el impacto de la espiritualidad en la salud”.

Meditar es una muy buena herramienta, pero no se trata sólo de sentarse durante 10 minutos en silencio, sino que implica un análisis profundo de nuestros propios comportamientos y voluntades. Es ver la calidad de las ideas que nos irrumpen en nuestros quehaceres, para evitar desbordes emocionales.

Gastaldi expresó que si bien hay personas que no son creyentes, cuando existe una prueba concreta en la vida de alguien, todos en algún punto buscan la solución en fuerzas que van más allá de lo terrenal. “Desde entonces se puede cambiar la visión de un ateo. Lo importante es no tener que llegar hasta ese momento, sino estar preparado, para saber cómo encontrarse con uno mismo y con ese ser espiritual superior que nos permite encontrar calma, para afrontar las adversidades. La espiritualidad impacta en la salud, convirtiéndose en una poderosa fuente de fortaleza, de vida plena y saludable. Hay estudios recientes en donde se ha comprobado que el cambio mental es esencial para resolver desde ‘adentro’, los inconvenientes que pueden existir ‘afuera’ y es posible demostrarlo mediante el desarrollo espiritual, afectivo, mental y emocional”, dijo la dirigente.

 

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